Igual que días anteriores, Al llegar a la mansión, las puertas se abrieron. Menos mal que el moretón que tenía poco a poco ya estaba desapareciendo. Otra vez, me encontraba en la habitación de Nicole. Al igual que la última vez, Nicole empezó con sus preguntas sobre el último cuadro de Picasso que le enseñé. Yo fui respondiendo a todas y cada una de sus dudas mientras ella seguía apuntando en su cuaderno con el mismo lápiz de la última vez.
Terminamos muy rápido la explicación del cuadro de las meninas que era el siguiente que me tocaba enseñarle. Ya que es un cuadro tan famoso, ella ya se sabía parte de la historia. Por lo tanto fue una clase muy dinámica y contundente.
En un instante ella se quedó inmóvil y tímidamente se disculpó por lo de ayer.
-Nicole, te repito, no hay nada de malo en eso, enserio-
-Ya que hablamos sobre esto... yo... ayer, te estaba contando sobre un chico que siento que me atrae, ¿Recuerdas?- preguntó insegura.
-Oh, sí claro, lo recuerdo, ¿Porqué lo preguntas?-
-Pues espero no incomodarte, pero... nunca hice una mamada y... me asusta no hacerlo bien-
-No sé si tú podrías darme algún consejo...-
-A ver sí que es cierto, que me ha impactado un poco, pero puedo ayudarte con esto también si es lo que necesitas, todavía nos queda una hora de clase-
-Sinceramente, he estado buscando por Gogle, pero no he encontrado mucha información...-
-Quisiera que me enseñaras...-
-La teoría al menos te la sabes, ¿No?-
-U-Un poco...-
-A ver, principalmente intenta evitar hacer contacto directo con los dientes en el pene, eso suele doler. Otra cosa que te podría recomendar es succionar un poco mientras la sacas y la metes-
-¿Pero cómo hago eso?- preguntó indignada.
Lentamente me acerqué a ella y la agarré suavemente del mentón.
-Abre la boca- ordené.
Nicole, lentamente separó sus labios y me dio vía libre. Introduje uno de mis dedos en su boca mientras la fui dando instrucciones poco a poco de lo que debía hacer.
Sinceramente mi cuerpo me estaba pidiendo más. De un momento a otro un gran bulto comenzó a crecer en mis pantalones y parece que no fui el único que lo notó.
Nicole se separó de mis dedos y mientras se limpiaba un poco de saliva que tenía en la comisura de los labios con el pulgar me miró directo a los ojos.
-¿No hay algo más realista?- preguntó.
-A ver Nicole, soy tu profesor... no creo que sea muy buena idea, sabes...-
-Por favooor, quiero aprender a hacerlo bien-
-Bueno, bueno, si insistes...- respondí.
Mientras me desabrochaba el cinturón, no podía dejar de pensar en el chip y en qué haría si sus padres se enteran de eso.
-Pero tus padres no pueden enterarse, ¿Me oyes?-
-S-Sí, oído-
Coloqué el cinturón a un lado de la cama y me bajé la cremallera del pantalón. Ya estaba duro.
Podía notar en la cara de Nicole cierto nivel de nerviosismo y ganas.
-Saca la lengua y pásala por la cabeza-
Ella obedientemente iba haciendo todo lo que la decía. Ahora lentamente pasa la lengua de abajo a arriba. La pedí abrir más la boca y ella sin protestar lo hizo. Poco a poco fui metiendo mi pene hasta que ya no pudiese más.
Movía mis caderas poco a poco. Ella en ese momento se encontraba de rodillas en una pequeña alfombra que había en el suelo. Notaba como ella iba succionando poco a poco. Para ser su primera mamada no estaba nada mal. La dejé seguir a su ritmo sin forzarla a nada. Ella cada vez lo hacía más rápido e iba más profundo. Parecía que ya entendía como se hacía.
Las ganas de querer correrme en su boca no hacían más que aparecer en mi cabeza.
Dios lo estaba haciendo tan bien que no me quedaba nada para venirme.
A cada minuto que pasaba creo que lo hacía mejor y mejor. Alguna que otra arcada le daba, pero era normal. Es más me gustaba escuchar cómo su cuerpo se quejaba por la profundidad.
Finalmente me corrí y pude ver su cara de sorpresa.
Tragó y posteriormente preguntó que qué era eso. Sinceramente ya no sabía si me estaba tomando el pelo o no.
Independientemente de aquello, quería empotrarla contra la cama, el escritorio o lo que fuera.
Ella se levantó y la guie hasta la cama. La tumbé y comencé a besarla el cuello mientras acariciaba sus muslos interiores.
Cada vez notaba su respiración más agitada. Momentos después, dejé de besarla el cuello y quise arriesgarme a besarla los labios. Por suerte, no tuve problema con eso, ya que ella lo siguió perfectamente. Poco a poco iba subiendo mi mano por su muslo hasta llegar a su vagina.
Comencé a acariciarla por encima de la ropa, cosa que noté enseguida que le estaba gustando debido a sus movimientos involuntarios y su respiración entrecortada. Nuestros alientos chocaban y nuestras lenguas comenzaron a entrelazarse ferozmente.
Levanté a Nicole de las caderas y le quité los shorts que llevaba. Los tiré al suelo y comencé a masajear en círculos su clítoris por encima del tanga negro que llevaba.
La escuchaba mucho más agitada que antes y su respiración comenzaba a ser pesada.
-¿Quieres probar cosas nuevas, Nicole?- pregunté excitado.
-S-Sí, Mat, enséñame-
Al instante hice a un lado su tanga y comencé a darla besos por todos lados. Luego comencé a juguetear con mi lengua por sus labios. Nicole, comenzó a soltar leves gemidos.
Mierda, si sigue así al final termino follándome la.
Seguí jugando con mi lengua, pero esta vez la pasaba por el clítoris. Lentamente Introduje un dedo dentro de ella, mientras que con la otra mano, la tapaba la boca para que sus gemidos no se escucharan tanto. Ella con sus largas uñas, comenzó a agarrarme del cabello, cosa que me ponía loco. De la nada unas pisadas alertaron a Nicole, que inmediatamente intentó reincorporarse. No la dejé. Saqué un condón de mi pantalón y me lo puse rápidamente. Nicole en un intento desesperado de querer bajarse de la cama a gatas, quise aprovechar el momento.
Lentamente acerqué mi pene a su vagina y la acaricié con suavidad.
Nicole estaba empapada. Introduje mi pene en su vagina y pude escuchar claramente un grito ahogado por parte de la pelinegra. Mientras introducía mi pene en ella, alguien llamó a la puerta.
-Señorita Nicole, ¿Quieren algo de beber?- preguntó María.
Violentamente me acerqué a su oído y susurré:
-Responde a María lo más normal posible- la desafié.
-N-No gracias, Ma-María- respondió.
Mientras hablaban, mis movimientos se volvieron más fuertes y sentía que me vendría de nuevo.
-Me siento rara, Mat..., no creo que aguante esta sensación. T-Tengo que ir al baño- dijo Nicole.
Seguí embistiendo fuerte a Nicole hasta que estaba a punto de venirme, cuando Nicole soltó un gemido y soltó un squirt. Después de aquello, Nicole se vino. Pocos segundos después me vine yo.
-¿Están bien? ¿De verdad que no necesitan nada?- insistió María.
-No, no se preocupe. Estamos genial María- respondí cansado.
Finalmente, Nicole y yo escuchamos pasos alejándose.
-¿Podríamos repetirlo, Mat?-
-Nicole... no creo que debamos, si nos atrapan tus padres me echarán. Necesito este trabajo sí o sí- dijo con un tono serio en su rostro.
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EL PELIGRO DEFIENDE (+18)
Teen FictionUna familia multimillonaria contrata a Mat para darle clases a su hija. ¿Será Mat capaz de proteger su tapadera? Mat se verá envuelto tanto en situaciones tensas, calientes, vergonzosas e incluso intimidantes.