En el silencioso abrazo de la noche, Tomioka Giyuu y Obanai Iguro se encontraron envueltos en un paisaje de fantasía, donde la realidad y la imaginación se entrelazaban.
Mientras yacían uno al lado del otro, con sus cuerpos tocándose suavemente, el velo del sueño comenzó a descender sobre ellos. Dentro del reino de los sueños, la mente de Iguro vagaba hacia un reino de sombras, plagada de inquietantes pesadillas que despertaban sus miedos más profundos.
Dando vueltas y vueltas, se encontró atrapado en un vórtice de oscuridad, anhelando consuelo y liberación. Sintiendo la angustia de Iguro, los ojos de Giyuu se abrieron, la preocupación grabada en su rostro. Se acercó, envolviendo sus brazos protectoramente alrededor de Iguro, ofreciéndose como un escudo contra las inquietantes visiones que plagaban el sueño de su amante.
Mientras Giyuu sostenía a Iguro, sus cuerpos se moldeaban juntos, una profunda sensación de comodidad los invadió a ambos. Iguro se acurrucó contra el pecho de Giyuu, encontrando consuelo en el ritmo constante de los latidos de su corazón.
El calor que irradiaba el cuerpo de Giyuu ahuyentó los restos de la pesadilla, reemplazándolos con una relajante sensación de seguridad. Giyuu depositó un suave beso en la coronilla de la cabeza de Iguro, sus labios fueron una tierna caricia que susurró tranquilidad en la noche.
Con cada respiración que compartían, los zarcillos del miedo se deshacían, reemplazados por una profunda sensación de tranquilidad que sólo su conexión podía proporcionar.
A medida que avanzaba la noche, la presencia de Giyuu actuó como un faro, guiando a Iguro de regreso a un lugar de serenidad. Con sus cuerpos entrelazados, crearon un refugio dentro del reino de los sueños, donde las pesadillas perdieron su control y el amor prevaleció.
En el tranquilo santuario de su abrazo, el tiempo pareció detenerse. Su calidez compartida y la suave cadencia de su respiración tejieron un tapiz de consuelo y ternura.
Los límites entre los sueños y la realidad se desdibujaron, ya que se encontraron suspendidos en un momento que trascendió el reino etéreo del sueño. Con cada momento que pasaba, las pesadillas se desvanecían en recuerdos distantes, su poder disminuía por la fuerza de su conexión. La respiración de Iguro se estabilizó, sincronizándose con la de Giyuu, el flujo y reflujo de su amor se convirtió en una canción de cuna que los devolvió a sueños pacíficos.
En el abrazo de la noche, Tomioka Giyuu y Obanai Iguro descubrieron el poder transformador de su amor. A través de los abrazos y el vínculo inquebrantable que compartían, encontraron consuelo no sólo en el mundo de vigilia sino también en las profundidades de sus sueños.
cuando los primeros rayos del amanecer pintaron el cielo, sus cuerpos permanecieron enredados, un testimonio de la resistencia de su amor. Juntos, habían atravesado el reino de las pesadillas y emergieron más fuertes y más unidos que nunca.
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🫠 😭😭✨Sin ideas✨
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🐍obagiyuu🌊 one shots
Fanficone shots de esta pareja que hice mientras estaba desaparecida