Obanai Iguro estaba sentado solo en su habitación con poca luz, con el corazón cargado de tristeza. El peso de sus responsabilidades como cazador de demonios le había pasado factura, dejándolo cansado y agotado. Sus ojos cansados contemplaron la parpadeante luz de las velas, buscando consuelo en su suave resplandor.
A medida que la noche se hacía más profunda, un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Dudó por un momento antes de abrirla, revelando a Tomioka Giyuu parado afuera, con la preocupación grabada en su rostro.
"Tomioka?" murmuró Obanai, su voz era un susurro lleno de cansancio.
Los ojos de Giyuu se suavizaron al ver la apariencia demacrada de Obanai. Sin decir una palabra, dio un paso adelante y envolvió a Obanai en un cálido abrazo. Sus cuerpos encajan como si estuvieran hechos para ofrecerse consuelo el uno al otro.
Obanai apoyó su cabeza en el pecho de Giyuu, escuchando el ritmo constante de los latidos de su corazón. Actuó como una canción de cuna, aliviando la turbulencia en su mente. En ese momento, se permitió apoyarse en Giyuu, rendirse al consuelo que le ofrecía.
Los brazos de Giyuu se apretaron alrededor de Obanai, brindándole una sensación de seguridad y protección. Entendió el peso que llevaba Obanai, el precio que le cobraba a su espíritu. Con cada momento que pasaba, esperaba ofrecer un respiro, un santuario de las batallas que se libraban tanto dentro como fuera.
Mientras permanecían allí, envueltos en el abrazo del otro, el cansancio que consumía a Obanai comenzó a disiparse. El toque de la calidez de Giyuu encendió un destello de esperanza dentro de él, un recordatorio de que no tenía que enfrentar sus desafíos solo.
Los dedos de Giyuu trazaron patrones tranquilizadores en la espalda de Obanai, una suave caricia que susurraba cuidado y comprensión. La ternura en su toque lo decía todo, cerrando la brecha entre sus almas y formando un vínculo de apoyo.
El silencio se instaló entre ellos, una cómoda quietud que permitió que los perturbados pensamientos de Obanai se calmaran. En el abrazo de Giyuu, encontró consuelo, un respiro momentáneo del caos que lo rodeaba.
El tiempo pareció detenerse mientras se abrazaban, su respiración sincronizada, su conexión profunda. El peso de la tristeza comenzó a disiparse, reemplazado por un rayo de serenidad que inundó el cansado corazón de Obanai.
En ese momento, Obanai comprendió que no estaba solo en sus luchas. Giyuu, con su fuerza silenciosa y su presencia inquebrantable, ofreció un bálsamo para su alma herida. El simple acto de abrazar y recostarse sobre el pecho de Giyuu se convirtió en una fuente de curación, un recordatorio de que incluso en los tiempos más oscuros, se podía encontrar luz y calidez.
A medida que avanzaba la noche, Obanai se encontró sumido en un sueño tranquilo y su cansancio finalmente dio paso al descanso. Sus sueños estaban llenos de los ecos de los latidos del corazón de Giyuu, un recordatorio constante de la conexión que compartían.
En el abrazo de Giyuu, Obanai descubrió que incluso en medio de las tormentas de la vida, se podían encontrar momentos de respiro y consuelo. Juntos, enfrentarían los desafíos que les esperaban, sacando fuerzas de la presencia del otro y del ritmo constante de sus corazones entrelazados.
------------------------------------------------------------holi, si tienen sugerencias díganmelas
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🐍obagiyuu🌊 one shots
Fiksi Penggemarone shots de esta pareja que hice mientras estaba desaparecida