Ha perdido a alguien que ama.
Se siente como un tonto al pensar que el tiempo estaba a su favor.
Esta arrepentido y solo puede pedir que haya una señal para no caer en la miseria.
Y no sabe si el destino está jugando con él, pero está agradecido de...
Charles habla con Sergio tanto como pude. Su trabajo le vuelve a exigir toda su atención. Aquello le molesta pero también le funciona como una medicina con tanto que hacer su mente no se atreve a pensar en nada.
Salvo en el bonito castaño que a final de mes le envía un excel con la información de la empresa.
Se estira sobre su silla y ve el atardecer caer. Aún tiene que checar los últimos puntos de venta de la nueva línea que acaban de sacar. Pero acaba de recibir un correo de Sergio y el siempre lee con mucho cuidado todo lo que el castaño le dice.
Su saludo amistoso, las preguntas formales de si todo está bien y los buenos deseos al final. No abre la carpeta por que alguien ya se encarga de estar al pendiente de eso, le responde con formalidad y de manera casi seca.
Trata de aparentar y hasta donde sabe lo está haciendo muy bien. No puede darle el poder de sus pensamientos aún simple desconocido.
Tampoco puede darse o dar muchas esperanzas. No es como que el Chico alguna vez le haya dado alguna señal de coqueteo.
Lo que es un poco raro, por que Charles está acostumbrado a que la gente se deshaga por el. Las mujeres en la calle o en las entrevistas buscan su atención. No es como que sea narcisista pero sabe que es guapo o eso es lo que la gente a su alrededor dice.
-la junta con Suiza a quedado para mañana y por fin se ha serrado el trato con Canadá- le indica su secretaria. La chica parece estar apuntando aún en su iPad.
Charles ha pasado por el piso la información que la chica le dice. Hay algo mucho más preocupante en su mente. Una duda que ahora comienza a entretener sus ideas y a entrelazar inseguridades.
-¿crees que soy guapo? Pero un guapo real- le pregunta poniendo su atención en ella. -se franca... que yo sea tu jefe no te meta presión- recarga sus codos en la mesa y sus manos están en forma de ruego.
Los ojos verdes de ella lo analizan, sus mejillas se tintan de rosa y desvía la mirada. Podría ser una broma, pero está tan serio como en las múltiples juntas a las que an asistido.
-estoy segura que usted sabe es bien parecido- le responde sin volver a verlo. El se pone a reír, por que le parece gracioso tener que buscar la aprobación de alguien más.
~quiero que Sergio me diga que soy guapo~ Se pasa las manos por la cara. Debe estar exhausto, despide a la chica con la mano y vuelve su vista tras de él.
Hace exactamente tres meses que el latino viene manejando la editorial. Charles lo admira parece tan dedicado a eso que podría decirse que tiene celos. Pero es muy obvio que no es real...
Ha tenido la oportunidad de hablar con Max en la junta de antes. El neerlandés es tan abierto al toque del castaño, Charles no pude dejar de ver cómo es que lo saluda con un abrazo e incluso se atreve a besar su mejilla. Hablan de temas tan simples como una cena y aquello le molesta. El rubio le ha dicho que fue Sergio quien lo hizo invertir en el proyecto que John tenía.
Le da otros halagos más sobre su profesionalismo que hacen a Sergio reír. Parece que ellos se llevan muy bien ¿pero porqué?
¿Son pareja? El pensamiento lo hace fruncir las cejas.
El latino se sorprende al saber que el también forma parte del testamento de su hermano. Hay algunas lágrimas escurriendo por sus mejillas y de nuevo Max lo consuela.
Charles tiene la osadía de acercarse y también darle algunas palabras de aliento. En otra ocasión y siendo otra persona pensaría que aquello es tonto. Que es un show.
Pero los ojos de Sergio le muestran una pena tan real que hace que su garganta se cierre. Es transparente.
Charles teme por el, hay mucha gente mala que suele aprovecharse de personas como Sergio.
Su teléfono comienza a sonar. Es el móvil así que le presta atención.
Una sonrisa aflora en sus labios. -!Carlos querido amigo¡- saluda con alegría. Después de todo es uno de los pocos con los que aún tiene contacto.
-Charles ¿estás muy lejos de casa?- su voz suena cansada y puede imaginar al madrileño con un puchero en sus labios.
-yo si tengo que trabajar "amigo"- enfatiza con ironía. Es la forma tan cínica de llevarse. No hablan mucho, pues el regresa a su trabajo.
Su mente por fin está libre de Sergio Pérez.
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Es corta ¡lo se! 🥹 Pero deben de ser pacientes por que estoy tarando de sacar el mejor lado pasional que tengo.
Deben de saber que mis historias generalmente no contienen mucho delicioso por que siento que no soy buena escribiendo ese tipo de cosas, pero con CheClert me estuy arriesgando y es que los dos hombres aquí son ARTE!
Nos vemos el viernes... Cuídense mucho, tomen agua ❤️
