Aeropuerto

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Sergio no puede ver a Charles.

Esta terriblemente avergonzado.
Se ha dejado llevar por la pasión y ahora no puede enfrentar la realidad.

¿Que pensara Charles si se dejaba besuquear tan fácilmente?

Aquella tarde es el teléfono de la oficina lo que los separó.
Checo se desliza tan rápido, pero no atiende el teléfono.

~voy al baño~ deja salir y desaparece de la vista del rizado.

Sus mejillas se vuelven a encender, por que sabe que si el teléfono no hubiera sonado el seguramente se habría dejado llevar y aquello ¿cómo hubiera terminado?

Se muerde el labio solo de pensarlo.
¡Necesita unas vacaciones!

Mira el calendario falta dos meses para septiembre.
El trabajo a disminuido considerablemente y ya hay otra persona trabajando como sub director.
Puede darse el lujo de salir y vacacionar.

Así que pensando que aquello ayudará a desasearse de los malos pensamientos que tiene comienza a buscar en las páginas, lugares para vacacionar.
Quiere algo donde haga calor, así podrá engañarse y decir que no es él, es el clima.

Piensa en Santorini.
Charles dijo que es preciosa y tiene atardeceres mágicos.

Seguro que puede pagar el boleto y un buen hospedaje.

****
Esta sorprendido.
¡El vuelo es carísimo!

¿Por que tenía que ser pobre?

Ok, estaba exagerando, pero ahora el podía exagerar.
Acababa de gastar casi mil dólares en el boleto.

Y ni siquiera era en primera clase.
Además había tenido que ir directamente al aeropuerto por que tenía un problema con su tarjeta y la agencia de viajes no resolvía nada.

-todo está bien Sergio, te mereces esto- se tranquilizó y guardo los pápales en su maletín.
Estaba anocheciendo.
Una ligera lluvia caía, aquello solo significaba que los taxis subirían la tarifa.

Tal vez podía llamar a Max y decirle que pasara por el.
Pero aún estaba algo molesto por la emboscada y su amigo siendo tan egocéntrico no le había pedido perdón.

Tenía que dejar de actuar como un niño.
Tomó su teléfono y buscó el contacto entre su lista.
De inmediato lo encontró, estaba entre sus favoritos.

-¿Sergio? - aquella voz le puso los nervios de punta.
Se giró aún con el teléfono en la mano.

Su cabello pelirrojo estaba más largo que la vez que todo terminó.
La sonrisa en su rostro le dejaba un sabor amargo.

-¿que haces aquí?- le preguntó sin ser cortes.
No podía serlo.

-estamos de vacaciones... me dijeron que Londres es un verdadero espectáculo en la noche- los ojos oscuros tenían ese brillo de arrepentimiento que tantas veces perdonó.

-¡Hermano! ¿Viniste a recogernos?- Antonio apareció tras Saúl.
Llevaba un montón de mantas entre sus brazos.

Su sobrino.

-no seas irónico Toño- regaño Saúl, pero Antonio nunca se había guardado sus comentarios venenosos.
Siempre dejando al frente que era mucho mejor que Sergio.

-no me digas- atrajo más al bebé a su cuerpo.
-Estás aquí buscando una cita, ya te advirtió mamá que salir con desconocidos no es bueno-

Otra cosa eran sus padres, de ellos no podía hablar mucho.
No cuando nunca había visto algo bueno.

Deseando que estés bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora