Ha perdido a alguien que ama.
Se siente como un tonto al pensar que el tiempo estaba a su favor.
Esta arrepentido y solo puede pedir que haya una señal para no caer en la miseria.
Y no sabe si el destino está jugando con él, pero está agradecido de...
-no pueden hacer eso, el contrato dice claramente que son diez años dentro de la editorial- Sergio está discutiendo por teléfono sin poder despegar sus ojos de la computadora cuando George entra al lugar.
El hombre analiza con carácter crítico la conversación. Sabe muy bien de quien se trata.
El nuevo escritor de temporada. Alexander Albon.
George preferiría decirle un grano en el culo. Desde que tomó el puesto de sub director, su maldito compatriota no ha dejado de molestar sobre cómo va a dejar el contrato por la mitad. Sin importar la pérdida de su dinero ni el de la editorial.
-¿de nuevo con la misma excusa?- por fin pregunta cundo nota que este cuelga. Las manos de su jefe se pasan por su cabeza. -¿una aspirina?- el castaño delante de él niega.
-dice que ahora que Jules se ha ido el ya no quiere estar dentro- George en seguida toma su mano por encima del escritorio. -fue el primero pero hay una fila llamando diciendo lo mismo- el castaño regresa sus manos y se las lleva a la boca. Ha vuelto a su antiguo vicio de comerse las uñas.
-ya me hice cargo de los últimos, también llame al abogado- Sergio solo puede asentir. No es la mejor compañía. Ha estado bajo la presión desde hace dos semanas desde que llegó su hermano y este parece a parecer a donde sea que valla.
-supongo que mis vacaciones han quedado en el olvido- ironiza al sentir como George de nuevo le quita las manos de la boca.
-de eso nada- le regaña con cariño. -el preguntó por ti- rompe el silencio.
Checo no tiene que preguntar quién. Le ha encomendado la tarea de los reportes semanales al buen Russell. Decidido a que no volvería a cruzar palabras con Charles a menos que fuera extremadamente necesario.
Está avergonzado y furioso. A dejado de lado su fuerte impulso moral, por unos besos y eso no se lo puede perdonar. Tal vez piensen que es un mojigato, pero el recuerda muy bien las palabras que su amiga Carola le decía.
~no le des el lugar a cualquiera, por que la responsabilidad después no es algo que quieran aceptar~
Es fácil de entender, si permite que Charles haga lo que le plazca se convertirá en uno más de esos niños tontos de los que Jules solía platicarle. Aquellos a los que se les envía una joya como disculpa por no aceptar una cita después de una buena noche. Aquellos a los que llenan de regalos y ropa costosa para no sentirse culpables por que siguen jugando con ellos como simples muñecos.
-si no es nada importante, creo que tú eres completamente capaz de solucionarlo ¿no es así?- le responde sin sonar grosero. George se da el lujo de pasearse por la oficina del latino.
Le gusta el chisme.
Pero aquello era delicado. Sobre todo por que ha visto cómo se desechan dos bonitos ramos en lo que va de la semana.
-dijo que quiere llamar a una reunión- puede ver cómo Checo se tensa en la silla. -sabe muy bien que las cosas no van bien- continua llagando por fin a la puerta de salida.
-que Yuki se encargue de la reunión si así lo deseas- este le responde volviendo su vista a la computadora.
El asiente aunque sabe que Checo de nuevo está inmerso en su trabajo.
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-es por que has sido un idiota- Max le explica sin mucho apuro. Toma de nuevo de su taza de café. Escucha a Daniel reír sin disimulo.
Lo sabe, lo entiende y lo más importante lo quiere arreglar.
-no puedes simplemente hacer eso Charli- continua Daniel robando los últimos pastelitos de crema de cereza. -Sergio es un hombre con un código moral tan alto como el Empire State- Señala el australiano, soltando un gemido de felicidad cuando el pastelito termina en su boca. -no es como Lando- continua explicando.
El se atreve a ocultar su cara entre sus manos. Sabe que todo lo que tiene que ver con Sergio lo deja mal, por que no sabe como comportarse. Su maldita cabeza no puede pensar con claridad y solo quiere tenerlo cerca para que todos sepan que Sergio es suyo.
Aquello suena tan mal que se atreve a golpearse la cara dejando a sus dos invitados sorprendidos.
-Para comenzar no le envíes más flores o regalos costosos-señala con obviedad Max mordiendo sus macarrons. -Sergio trabajo para casanovas, se que sabe el truco de las flores y los regalos mejor que nadie-
El monegasco está atento apuntando en su cabeza lo que no debe hacer. -tampoco exageres comprándole algo caro, no ropa, no joyas, no regalos generalmente- sigue Daniel.
-¿quieres a Sergio de manera real y genuina?- hay amenaza en la voz del neerlandés, sus ojos se convierten en un momento a otro en dos cuchillas de hielo.
-Nunca he estado más seguro de algo en toda mi vida- se repite a él mismo y declara sin vergüenza. Tal vez sea el hecho de que es tan genuino y real como ningún otro hombre que ha conocido. -si el aparece por esa puerta yo juro que iría tras de el me arrodillaría y le pediría que fuera mi esposo- declara sin vergüenza.
Max y Daniel se dan una mirada, de esas que solo los buenos amigos que critican bien se dan.
-envíale cartas- le suelta Max tan tranquilo y sin más información. -¿Que?- su boca está llena del color del último macarrons que ha comido.
-¿que más?- le exige recargándose en la mesa y acercándose al rubio. Parece que está apunto de tomar el cuchillo de mantequilla y encajárselo en la yugular si no dice algo más.
-que sean reales, no pongas cosas absurdas y amorosas. Háblale de cosas normales, de lo que te gusta y lo que no, piensa en ello como en un siglo pasado- le ayuda Daniel.
-¿por que no por mensaje?- ambos hombres se ven nuevamente y luego lo observan con exasperación. Max incluso se atreve a golpear su cabeza.
-¿quieres o no a Sergio a tu lado?- ahora es Daniel quien lo está cuestionando con la misma apariencia que el tenía solo momentos atrás. Charles asiente. -nuestro consejo servirá para que mínimo pueda hablarte- se sienta como la gente normal de nuevo y aunque las cosas no estén muy claras.
Charles ha decidido que le enviara cartas
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Holaaaaaaa!!!!!
Ya se habían olvidado de uno? Por que yo no jajajaja.
