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—Suguru ¿está todo bien allá dentro?— La animada voz de Satoru Gojo rompió el delicado momento entre Suguru y Rin. Las voces curiosas de Mimiko y Nanako se unieron al coro de sonidos en la habitación.

—Finge que estás dormida— susurró Suguru entre los labios de Rin, compartiendo un momento de complicidad con ella —Qué manera de arruinar el momento— rió suavemente, y solo plantó otro casto beso en sus labios. 

Rin sonrió, pero la confusión se reflejaba en sus ojos al no comprender por qué Suguru quería que ella simulara estar dormida ¿por qué no demostrar que ellos estaban en algo en esos momentos? sin emabrgo, con un suspiro resignado, se recostó en la cama, cerrando los ojos para simular un sueño profundo. 

Mientras lo hacía, Suguru se aproximó a la puerta, preparándose para recibir a las visitas curiosas.

La tensión en la habitación cambió, pasando de la intimidad compartida a la necesidad de mantener las apariencias frente a los demás. 

Suguru, con una mezcla de frustración y humor, se dispuso a abrir la puerta, listo para enfrentar la realidad exterior

—Me dijeron que estabas ebrio—comentó Satoru con una expresión burlona, mostrando un envase de suero para la resaca—Te traje esto— añadió con una sonrisa amplia, aunque sus ojos azules se posaron entretenidos en la figura que se miraba la fondo de la habitación, la persona que estaba dormida en la cama de Suguru —¿Esa es Rin? —preguntó con un deje de seriedad, y Suguru asintió

—Ella se hizo cargo de mí toda la noche—después de aclarar esto, Suguru miró a Mimiko y Nanako, agradeciéndoles por guiar a Rin hasta la habitación —Gracias por decirle a dónde debía ir— expresó mientras acariciaba sus cabezas. 

—No es nada—respondió Mimiko con calidez 

Después de este intercambio, Rin pareció levantarse de la cama, fingiendo como si nada hubiera sucedido, mientras se colocaba los zapatos —Oh, hola a todos—saludó con naturalidad —Debo irme, tengo que preparar a Junpei para una misión— continuó, pretendiendo que todo estaba bien, y salió de la habitación con rapidez —Nos vemos luego, Suguru—le dirigió una mirada fugaz —Gracias por lo de ayer, pequeñas —se refirió a las gemelas, y luego miró a Satoru —Buenos días, Toru—sonrió amablemente antes de partir. 

Sin embargo, Satoru la siguió, no sin antes despedirse de su amigo —Nos vemos después— dijo antes de salir tras Rin.

Suguru observó cómo Rin y Satoru se marchaban, y aunque no podía ver sus expresiones, el tono de voz de Rin le dio la impresión de que ella estaba molesta. Volvió a suspirar, sintiendo una mezcla de confusión y preocupación.

—Vayan a clases, no quiero que lleguen tarde—indicó a Mimiko y Nanako con una mirada. Las gemelas asintieron y se marcharon, dejando a Suguru solo y sin saber qué hacer a continuación.

 La incertidumbre se apoderó de él mientras intentaba procesar los eventos de la mañana y se preguntab si esto afectaría su relación con Rin.

Durante la tarde, Suguru pudo ver a Rin en varias ocasiones. 

La observó mientras ayudaba a entrenar al estudiante más débil, mostrando su dedicación y habilidades como maestra. 

Más tarde, la vio compartiendo un almuerzo con Kento, y por la noche, la encontró en un animado encuentro con Satoru. 

Aunque estaba intrigado por su día, se sorprendió al notar que Rin no le había enviado ni un mensaje durante todo el tiempo.

En ese momento, la seductora voz de Mei lo sacó de sus pensamientos —¿Qué haces aquí tan escondido?—preguntó, logrando sorprenderlo. 

Still With You -Suguru GetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora