La pequeña volvió a llorar y Carla la consolaba acariciándole el cabello, sabía que a pesar del corto tiempo que tenían viviendo ahí, tenía el presentimiento de que aún extrañaba a su madre al cabo de unos minutos por fin logro calmarla, la mujer sonrió feliz y la acomodo en su pecho repartiendo caricias en su espalda.
-Eren froto sus ojos entre sí saliendo de su habitación y hizo una cara de disgusto al ver que su madre le daba bastante atención-Mamá ¿Ella sabe que tú no eres nada suyo?-Se sento en una silla del comedor.
-Carla lo miro mal y camino hacía el sentándose a su lado-Eren deja de hablar de esa forma-Lo reprendió al instante-Ella y Mikasa no tienen a nadie además con Mikasa no eres tan grosero.
-Porque Mikasa no llora todo el tiempo ¿Que no vas a decir algo Annlynn?-La pequeña castaña se escondió detrás de su madre cuando el iba a protestar de nuevo, sintió un golpe en su cabeza, giro la suya y pudo ver muy seria a la niña de cabellos negros, se sintió nervioso, así que solo se sonrojo-Lo siento...
-No pasa nada Eren pero a Annlynn aún le cuesta hablar-Mikasa sabía que no era para menos después de haber visto a su madre ser asesinada frente a ellas, su hermana menor vivió el suceso más de cerca por ende aún parecía tener miedo al mundo exterior-Además es más tímida que nosotros, extraña mucho a mis padres por eso le cuesta adaptarse a ésta casa-La menor sonrió al ver a su hermana para darle más confianza de acercarse-Solo dale una oportunidad.-Le susurro a él.
-Carla sonrió ampliamente y giro la cabeza para verla-Ven linda-A decir verdad siempre que veía a Eren sólo se escondía, era como sí no tuviera ganas de convivir con el, algo que exasperaba al niño, apenas podía ver su rostro o el tono de su cabello.
-Annlynn soltó un enorme suspiro de sus labios, sin muchas ganas asintió y salió detrás de la silla, levantó la mirada del suelo para observarlos mejor, el niño parpadeo un par de veces como sí no creyera lo que estaba mirando-H-hola..Eren..
-Sus pestañas eran largas y rizadas, su era piel blanca, su cabello era de un color castaño claro y con ciertas ondas en la parte de abajo, el se sonrojo fuertemente al encontrarse con esos orbes grises, la niña no tardó en sonreírle unos segundos relativamente cortos, para luego volver a ponerse seria pero seguía tan bonita, el quedó encantado con tal acto-Ya no luces tan molesta Annlynn, soy Eren mucho gusto-Susurro con una sonrisa.
Desde ese momento Eren cambió la perspectiva de la vida de ella, poco a poco se fue ganando su confianza hasta que la hizo ser la niña que era antes de que sus padres fallecieran.
Jaeger no dejaba sola a Annlynn y ella se ponía muy triste cuando el tenía que salir con Mikasa a cortar leña o hacer otros mandados mientras que la menor se quedaba para ayudar a Carla en casa, la cocina se le daba muy bien a la niña de cabellos castaños.
Ambos pasaban mucho tiempo juntos y dormían en la misma cama, la pequeña estaba muy acostumbrada a el, que no quería hacer otra cosa más que estar a su lado y al lado de su hermana mayor Mikasa aunque Armin se había vuelto parte de esa pequeña costumbre, estaba más apegada a Eren.
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La caída deShiganshina.
Año 845.
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