♤ - señor jeon

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Hace 50 años atrás

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Hace 50 años atrás...





Los sollozos ahogados que se oían a través de la pared eran una nota melodiosa al mismo tiempo que dolorosa para Jeon, quién escaneó las paredes de la entrada del sótano en la que sostenían a los reclusos, el aroma de la familia Park inherente en la sangre de los visitantes y no pudo evitar chasquear la lengua, molesto instantáneamente con las notas florales que le pertenecían a una de las tres familias reales, la única que solía ser un problema para Jungkook debido a su continuo y exponencial crecimiento debido a lo que él suponía debía tratarse de un forzoso tratamiento entre primos para engendrar sangre puras y también por el descontrol de los neófitos, los que solían poner en peligro a la sociedad vampírica por los constantes ataques. Somi, su hermana mayor, no por primera vez había metido a un Park a la cárcel "humana" después de haber sido encontrados alrededor del cuerpo del fallecido y con mucho manejo mental y unas cuantas pruebas circunstanciales lograba enfocar las miradas al vampiro desviando el punto clave del asunto: que era vampiro, y luego de eso se apresuraba a hacer cumplir la condena de muerte en el chupasangre, logrando que los Park, por su propia mano, decidieran hacer a los Jeon sus enemigos naturales.

Jungkook no tenía ni un ápice de ganas de tratar con los desechos de los Park, pero Mingyu le había insistido, y Mingyu, siendo su compañía por tantos años y probablemente uno de los primeros a los que transformó Jungkook, tenían un lazo especial. Jeon no estaba seguro de si podía tener amigos o no (si algo tan vil y banal como ello le era permitido), pero creía que, de ser así, Kim Mingyu era lo más cercano que tenía a una.

—Por favor, señor.

Mingyu no rogaba, jamás. Ni cuando era humano y Jungkook bebió de su sangre hasta vaciarlo, jamás de los jamases le rogó por que parara.

Eso fue lo que llevó a Jungkook a soltar un suspiro, a arrugar la nariz porque odiaba el olor floral que había detrás de la puerta, y a apretar sus nudillos antes de cruzar la puerta.

El olor a sangre lo impactó de lleno, inundando sus fosas nasales y haciendo salivar su boca, un olor tan atractivo y exquisito que sus poderes comenzaron a removerse en su interior, pidiendo salir, pidiendo danzar en sincronía con él a medida que cada paso lo acercaba a esa fuente, sus colmillos picando en sus encías necesitando atravesar carne y probar aquella delicia que inundaba sus sentidos, pero nada más entrar a la habitación y oír de nuevo los sollozos (proveniente de dos personas), Jeon se detuvo de lleno, sus ojos encontrando la situación un tanto... cómica.

—Señor. —sus vampiros, esos que le debían la vida tanto por la protección como por la transformación a sabiendas de quién era Lord Jeon, le hicieron una profunda reverencia de noventa grados que Jungkook ignoró como en tantas otras oportunidades, pero que ahora había sido sin intención de hacerlos sentir inferiores, sino que porque de verdad estaba atónito. —Lamentamos molestarlo en su noche de relajo...

𝓈𝒾𝓇 𝒿𝑒𝑜𝓃 {kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora