𝓈𝒾𝓇 𝒿𝑒𝑜𝓃 {kookjin}

♤ - los jeon

Jungkook despertó en medio de su enorme habitación a oscuras con todo su cuerpo sudando, las sábanas de bambú hechas especialmente para él y su gusto enredándose entre sus piernas velludas, mientras su respiración estaba inestable, su pecho subiendo y bajando en una muestra de desesperación y vulnerabilidad que no debería tener. Era un vampiro, después de todo.

Con una nebulosa pasando por sus ojos, intentó enfocarse en su habitación, en las luces pegadas a las paredes que casi nunca prendía, pero que eran un adorno bastante sofisticado con el que le gustaba sentirse a gusto en su espacio más personal, y recordó momentáneamente la pesadilla.

Casi nunca dormía, a menos que estuviese muy cansado por ende era obvio que casi nunca tenía pesadillas, el sentimiento de terror de haberla sentido ahora desarrollándose en su mente inconsciente fue demasiado con lo que trabajar tan temprano en su día, por lo que simplemente limpió sus ojos con el dorso de la mano y se obligó a sentarse, mientras la sensación incómoda de su estómago se incrementaba.

Las pesadillas eran algo nuevo para él, sí, pero también el soñar con otras personas como protagonistas de ella. Jungkook no era un vampiro que le importara el resto de forma personal, sino que todo era de forma grupal, a sabiendas de su importancia dentro de su propio aquelarre de vampiros, los intentaba mantener con vida a todos en un mundo que los amenazaba constantemente, incluso desde dentro. Sin embargo, recuerda los ojos de KimSeokjin fuertemente a través de sus pupilas cerradas y presionadas por su dorso, recuerda su cuerpo, escupiendo sangre demasiado clara como para que sea sangre que había ingerido de otro vampiro, la cual era oscura y tenía el olor propio del vampiro o del humano, dependiendo de quién era la fuente de alimentación. También recuerda el rostro conmocionado de dolor del vampiro, y todo su cuerpo se estremeció al recordar esas imágenes que perturbaron tanto su inconsciencia como su consciencia. El vampiro casi había muerto, y sabía que eso se debía a la conversación reciente, sobre cómo su compulsión en busca de información de los Park podía terminar dañando su cabeza si él se negaba. El punto es que no entendía: ya habían quedado de acuerdo de que pasaría, de que Seokjin ayudaría siempre y cuando Jungkook asegurara algo que claramente sabía que no podía asegurar, pero que intentaría en una afán de cumplir su promesa.

Pero más allá de eso, la pregunta que dio vueltas en su cabeza fue la siguiente: ¿desde cuándo le importaba tanto alguien que la pesadilla, su muerte asociada en su subconsciente, lo hacía despertar increíblemente asustado de perderlo?

Hace el trabajo mental y llega a la conclusión de que su tonto instinto vampirezco ya había marcado a KimSeokjin como suyo, y que sería la primera sangre pura que tendría en su boca.

El solo pensamiento lo hizo estremecerse, y esta vez, no había nada de miedo en la acción.