Parte 3: Bee

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Mi nombre es Benazir, y he decidido compartir con ustedes mi historia personal, una narración emotiva de lucha, supervivencia y transformación. Esta historia tuvo lugar durante un período de gran turbulencia, después de la monumental batalla de la caída de los ángeles y el nacimiento del intrigante reino de Torxar. Durante este tiempo de gran incertidumbre y cambios radicales, me encontré en una especie de limbo, en un borde precario entre la existencia y la no existencia. A través de mi relato, mi objetivo es ofrecerte una visión más profunda y matizada de cómo funciona este enigmático reino, cómo se desarrollan sus complejidades y cómo, a pesar de enfrentar adversidades épicas, logré encontrar y forjar mi lugar en el escenario siempre cambiante del limbo.

El limbo, aunque no es un lugar físico convencional, es una división del reino, un espacio misterioso y fascinante donde coexisten ángeles y caídos. Sin embargo, también existe un reino menos conocido, raramente mencionado en crónicas y leyendas, al que se enviaron muchas almas. Estas almas, atrapadas en el caos de la batalla, no tuvieron la oportunidad de elegir un bando, encontrándose en un estado de confusión total. Durante mi estancia en el limbo, me adapté a sus reglas en constante cambio y a sus peculiaridades inusuales, incluso exóticas. Pero para aquellos que llegan por primera vez, puede ser un lugar abrumador y desconcertante, ya que el orden y la orientación cambian constantemente. Nunca se sabe en qué extremo del limbo comenzará el día y en cuál terminará, completamente volteado. El limbo es un lugar en constante movimiento, un reflejo de las almas inquietas que lo habitan, un espejo del flujo y reflujo de la existencia misma.

Permítanme tomar un momento para relatarles en detalle mi experiencia personal en este misterioso y enigmático reino del limbo, y describir la manera en que luché incansable y valientemente para encontrar mi lugar en medio de un entorno de constante y desconcertante transformación. Recuerdo con una claridad deslumbrante los primeros días de mi llegada a este desconocido e intimidante reino, que se destacan en mi memoria como algunos de los momentos más desafiantes y desalentadores que he vivido en mi vida. En ese tiempo, no sólo yo, sino todas las almas que habían ingresado conmigo a este oscuro lugar, nos encontrábamos sumidos en un profundo estado de confusión y desorientación, completamente abrumados por el shock y la incomprensión de la situación en la que nos encontrábamos. La razón de esto es que todos éramos jóvenes, con edades que oscilaban entre los 12 y 17 años, y nos vimos forzados a escoger el "bando" al que queríamos pertenecer, un proceso que se sentía casi como si hubiéramos sido enviados a una prisión por el simple delito de no haber podido, o quizás no haber querido, tomar una decisión tan crucial y determinante a tan temprana edad. Durante esos días, nos encontrábamos en una lucha constante por sobrevivir en un mundo que parecía imposible de entender, un laberinto de incertidumbres y misterios. Sin embargo, a pesar de los numerosos desafíos y obstáculos que enfrentamos, y a pesar de las dificultades que nos rodeaban, logramos juntos descifrar gran parte del funcionamiento del limbo. Esta comprensión nos permitió sobrevivir, aunque el costo fue alto: la desaparición y extinción de algunas almas que no lograron adaptarse. Pero a pesar de todo, a pesar de las adversidades y las dificultades, jamás perdimos la esperanza. Y esa esperanza, ese rayo de luz en medio de la oscuridad, fue la que nos condujo finalmente a la victoria, a encontrar nuestro lugar dentro del caos y establecer un espacio para nosotros en medio de la incertidumbre.

Durante mi estancia en aquel lugar, un lugar lleno de misterios y maravillas ocultas, tuve la suerte de cruzar caminos con un joven enérgico y lleno de vida llamado Ankur. Desde el primer y efímero encuentro, la personalidad arrolladora y el espíritu indomable de Ankur se convirtieron en un faro de luz en mis momentos más oscuros, siempre dispuesto a extender su mano y guiarme cuando me sentía perdida en las intrincadas sendas de aquel laberinto desconocido. Ankur, con su actitud afable, su paciencia inquebrantable y su comprensión empática, se convirtió no solo en mi guía sino también en mi confidente, ayudándome a navegar a través del caótico y desconcertante limbo en el que me encontraba.

un ángel entre los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora