Parte 4: La luz

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Mi nombre es Frank y actualmente tengo la tierna y jugosa edad de 18 años. Me encuentro en un punto crucial y definitivo de mi vida, al borde de mi último grado de la escuela, un hito que considero significativo. A pesar de que ahora mismo debería estar disfrutando de un periodo de descanso, de vacaciones, un tiempo de relajación y diversión, me encuentro atrapado en un torbellino de emociones difíciles, conflictivas y abrumadoras que parecen haberse intensificado en los últimos días, como una tormenta que aumenta su fuerza.

Estoy experimentando una variedad de sentimientos y pensamientos que me han llevado a reflexionar profundamente sobre mi futuro. Me preocupa tomar decisiones importantes que afectarán mi vida en los próximos años. Además, siento una presión constante de la sociedad y de mis seres queridos para elegir una carrera y establecer metas claras.

Esta etapa de transición me ha llevado a cuestionar mis habilidades y fortalezas. Aunque tengo intereses diversos, me preocupa elegir el camino correcto que me permita desarrollarme plenamente y encontrar satisfacción en mi carrera profesional. Quiero asegurarme de que mi elección sea acorde a mis pasiones y valores, y que me brinde oportunidades de crecimiento y éxito.

En medio de esta montaña rusa emocional, también me enfrento a la incertidumbre sobre lo que depara el futuro. Aunque tengo sueños y aspiraciones, también soy consciente de los desafíos y obstáculos que podrían surgir en el camino. Esto me genera ansiedad y dudas sobre si podré superar los obstáculos y alcanzar mis metas.

En resumen, mi vida en este momento se encuentra en una encrucijada importante. Aunque estoy atravesando un período de confusión y ansiedad, también estoy emocionado por las oportunidades que el futuro me depara. Estoy listo para enfrentar los desafíos, tomar decisiones valientes y trabajar arduamente para construir el camino hacia una vida plena y satisfactoria.

Estos sentimientos complicados, como un mar embravecido, han estado acompañados por sueños y recuerdos recurrentes, insistiendo en su presencia, de los momentos que pasé con mi madre biológica. Son reminiscencias que afloran con una insistencia inquietante, emergiendo de las profundidades de mi mente, y me veo asediado con una pregunta que parece no querer dejarme en paz, que resuena en mi cabeza una y otra vez: ¿Por qué me dio en adopción?

A medida que reflexiono sobre esta interrogante, me encuentro sumergido en una profunda búsqueda de respuestas. Me cuestiono si fue una decisión basada en circunstancias difíciles o si hubo otras razones que motivaron su elección. Los recuerdos de mi infancia se entrelazan con la incertidumbre y la curiosidad, alimentando mi deseo de entender las razones detrás de esta importante decisión.

Además, me pregunto cómo habría sido mi vida si no hubiese sido dado en adopción. Imagino diferentes escenarios y posibilidades, tratando de reconstruir una realidad alternativa en la que mi madre biológica decidió quedarse conmigo. Estos pensamientos me llevan a reflexionar sobre la importancia de las decisiones que tomamos en la vida y cómo pueden influir en nuestro destino.

Aunque la incertidumbre persiste, también reconozco la importancia de aceptar y valorar la vida que tengo ahora. A través de mi experiencia de adopción, he tenido la oportunidad de crecer y desarrollarme en un entorno amoroso y estable. Mi familia adoptiva ha sido un pilar fundamental en mi vida, brindándome amor, apoyo y oportunidades para alcanzar mis metas.

En conclusión, los sentimientos encontrados y las preguntas persistentes que tengo sobre mi adopción son parte integral de mi historia personal. A pesar de la complejidad y la ambigüedad que rodea este tema, continúo explorando y buscando respuestas mientras aprecio y valoro el presente que he construido junto a mi familia adoptiva.

No quiero que haya malentendidos, quiero expresar mi más profundo agradecimiento al universo por mis adorables padres adoptivos, quienes han sido mis guías y protectores desde el primer día. Los amo con todo mi ser y no puedo expresar lo agradecido que estoy por todo lo que han hecho por mí. Han sido una verdadera bendición en mi vida, cuidándome con un amor incondicional, dedicación incansable y un apoyo inquebrantable a lo largo de todos estos años maravillosos que hemos compartido juntos.

un ángel entre los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora