LA EMPERATRIZ

3

VALENTINA

Aún no me puedo creer que la princesa Alana había aceptado ser mi esposa, aunque debo admitirlo, si me dio en el orgullo muy fuerte por esas palabras que dijo.

Ahora nos encontramos todos en el salón mañana se iban cada uno su reino y con eso esta Alana pero tendrás que regresar dentro de dos semanas, ya que tendríamos que planear las cosas de la boda y su vestido.

Yo estaba hablando con el emperador Carlo y su esposa e hija, ya se que ellos me estaban presentando a su hija pero yo solo los ignoraba, ya que su hija aunque debo admitir es muy guapa y tiene un bonito trasero, pero estoy dispuesta a casarme con mi princesa Alana, y hacerla mía de todas las maneras posibles.

Aunque debo admitir, no me gusta que me pongan mucha excusa cuando quiero tener sexo y precisamente, no lo quiero hacer a la fuerza con Alana pero que te digo, de todas manera lo tengo que hacer con ella si o si, además después de la boda tal vez pase.

Camine hasta donde se encontraba Alana y su hermana que había llegado ayer ya que estaba en el reino vecino haciendo "trabajos" cosa que no le tome nada de importancia por que su hermana Alana tiene toda mi atención.

— Su majestad – me saludo Sophia la hermana de Alana, ya se puede ser que conozco esa sonrisa coqueta que siempre me pone cada vez que me ve.

— princesa sophia – le seguí el saludo — princesa Alana me podría acompañar a caminar – la sonrisa que tenía Sophia se borró en segundos.

— claro – le extendí mi brazo y la cogio.

Salimos del salón con algunas, mirada encima cosas que no me importo, salimos al jardín.

— ahora me dirás, lo que me quieres decir? – me pregunto levantando una ceja.

— no quiero decir nada, solo ya sabes que ya boda será en un mes y medio así te darás tiempo de elegir tu vestido.

La vi que asentio lentamente, pero de veía un poco inquieta.

— por cierto, eso de los.....ya sabes...bebés – saco el tema.

— ah...eso, estoy pensando que deberíamos de hacerlo la misma noche del matrimonio, como todos las bodas – dije segura.

Me miro con el ceño fruncido pero yo estaba más que segura de lo que dije, además ella tiene que hacerlo si lo pido esa misma noche.

—¿Que? – me pregunto parando en seco.

— pues eso es lo que algunos matrimonios hacen eso, así que no veo el error de eso – me giro para verla, me miraba con una mirada algo confusa.

— Ya – vuelve a caminar — bueno....también ahí otra cosa – dice casi en voz baja.

— ¿qué cosa?.

— bueno....y-yo...amm no se como decirlo – se rasca la nuca nerviosa — yo soy....v-virgen ya sabes tengo 17 y tu 18 y en poco tiempo cumplo los 18.

Ya tenía sospecha de eso, pero no estaba segura, pero ahora que lo dijo me siento bien aque vaya hacer yo la su primera vez, cuando le ibas responder, llego un guardia hacia mi corriendo se veía cansado y preocupado.