[TEMPORADA 2]
Yo siempre cumplo mis promesas
TN Hanagaki Yakuza
Ya no es aquella chica que fingía que todo estaba bien, ahora es toda una mujer que no se deja intimidar por nadie y cada desición que toma lo hace midiendo las consecuencias y sin mira...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL SOL QUE ENTRABA POR LA VENTANA SE REFLEJABA EN MI CARA y parte de mi cuerpo. Gracias a ello fui abriendo levemente mis ojos, aunque con un poco de dificultad por la luz. Solté un gruñido ante esto y me levante de una vez por todas.
Ya no estaba en la habitación de juegos, si no en la del líder de Bonten. Parecía que me habían traído en la noche. La puerta del baño fue abierta y de esta salió Mikey, con una toalla enredada en su cintura. Pasé mi vista por todo su cuerpo sin pudor alguno, tenía el pelo mojado y algunas gotas de agua caían por su cara y abdomen descubierto.
—Buenos días —dijo con voz ronca el peliblanco y se encaminó hasta el vestidor. A los pocos minutos salió ya vestido con un pantalón negro y camisa del mismo color. Luego se acostó a mi lado. —Pronto traerán el desayuno, quise quedarme contigo porque se que estas adolorida. Los chicos están trabajando y los hermanos Kawata se encargarán de hacer tus funciones para que te recuperes —dijo.
Con sus brazos me tomó con delicadeza y me sentó en su regazo, recostó mi cabeza en su pecho y comenzó a acariciar mi cabello. Algo que amaba de los chicos es lo cariñosos que podían llegar a ser sin que se los pidiera.
—Te sientes bien? —le pregunté.
—Si —se limitó a responder.
Varias empleadas de la mansión entraron con bandejas. Colocaron dos mesitas en la cama y arriba de estas el desayuno. Nos entregaron a cada uno una carta, inclinaron sus cabezas y se retiraron.
Con evidente curiosidad decidí abrir la carta, que tenía un sello rojo con flores. En su interior había una invitación a una boda, y cuándo me fije quienes eran los novios una sonrisa involuntaria se poso en mi cara.
—Emma‐chan y Draken-kun se van a casar! —exclamé feliz. Al fin después de tantos años juntos y con una pequeña niña decidieron contraer matrimonio. La boda sería este sábado en uno de los salones las cotizados de todo Tokyo y estaba reservada para solo familiares y amigos.
—No voy —dijo Mikey.
Fruncí mi ceño y mire al peliblanco detrás de mi. Tiro la invitación para algún lado de la habitación y sin mirarme empezó a comer. Apreté mis labios y suspiré.
—Quiero 3 razones para que no quieras ir a la boda de tu hermana, tu mejor amigo y encantadora sobrina, si no llegas a 3 no te hablo, ni te mimo, te doy cariño o me acuesto contigo en 3 años —dije seria.
