[TEMPORADA 2]
Yo siempre cumplo mis promesas
TN Hanagaki Yakuza
Ya no es aquella chica que fingía que todo estaba bien, ahora es toda una mujer que no se deja intimidar por nadie y cada desición que toma lo hace midiendo las consecuencias y sin mira...
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—Reina... Reinaaaaaa —la melodiosa voz de Rindou logró sacarme de mi sueño.
Mis párpados se abrieron poco a poco hasta estar despierta por completo. Me acomodé en el asiento del auto y talle mis ojos.
—¿Cuánto dormí? —pregunté.
—Todo el camino —respondió Ran.
De repente ambos Haitani se quedaron en silencio. Y justo ahora me empiezo a preguntar porque no se han bajado del auto. Los conozco muy bien y se exactamente que es lo que quieren.
Todos mis pensamientos y el inicio de ellos se vieron interrumpidos cuándo Rindou me acercó hasta el y me sentó en su regazo. Tampoco me había dado cuenta pero este tenía sus manos alrededor de mi cintura.
Sin previo aviso me tomó de la nuca y me dio un beso fogoso. Ladee mi cabeza para profundizar el beso y Rindou bajó sus manos hasta mis glúteos dónde apretó fuerte logrando que un gemido saliera de mis labios. Él aprovechó esto y metió su lengua en toda mi boca provocando que nuestras lenguas se sumieran en una danza que no parecía tener fin. Pero todo acabó cuando ambos nos quedamos sin aire y nos tuvimos que separar.
Un hilo de baba y nuestra respiración agitada nos unió en este momento. Rindou con delicadeza me deposito en el asiento de nuevo y yo mordí mi labio al ver cómo un pequeño bulto no tan visible se le estaba formando en sus pantalones.
—Voy a bajar, los espero en la entrada —dijo Rindou y acto seguido salió del auto.
Ran me veía con el ceño fruncido y negué ante esto. Los hermanos Haitani son muy posesivos y celosos entre ellos. Siempre compiten por ver quién gana más, pero no lo demuestran y esconden esto con su unidad y hermandad inseparable.
Quería jugar con Ran un poco ya que se veía molesto.
Como pude llegué hasta el asiento del copiloto y saqué un pequeño kit de maquillaje que siempre traía en este. Empecé aplicando el rimel hasta obtener la forma que a mi me gusta, todo esto bajo la mirada de Ran. Tomé el rimel para aplicarlo y para terminar un poco de labial rojo.
—Bajamos ya —ordene.
Abrí la puerta del copiloto, pero antes de poder tan siquiera poner un pie fuera, un tirón en mi brazo me hizo caer sentada en el regazo de Ran.
—Demasisdo juego por hoy ¿no crees preciosa? —dijo Ran.
Metió su cabeza entre el hueco de mi cuello y hombro. Luego comenzó a dejar besos húmedos por todo el lugar hasta llegar a mi clavícula, dónde dio unos pequeños mordiscos. A diferencia de Rindou, Ran era muy detallista a la hora de tener intimidad conmigo, le gustaba que siempre me sintiera bien y la verdad era algo que amaba. Pero sin duda ambos Haitani eran buenos en lo que hacían. Ya fuera brutalmente o con delicadeza.
