[TEMPORADA 2]
Yo siempre cumplo mis promesas
TN Hanagaki Yakuza
Ya no es aquella chica que fingía que todo estaba bien, ahora es toda una mujer que no se deja intimidar por nadie y cada desición que toma lo hace midiendo las consecuencias y sin mira...
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MANEJABAMOS EL MALDITO AUTO COMO UNOS PSICÓPATAS dispuestos a llegar a nuestro destino. La velocidad estaba en el máximo y el aire chocaba directo con nuestros rostros.
¿Se recuerdan del problema que ocasione?
Pues no se ha solucionado, y hemos pasado todo el día en el carro intentando localizar a la maldita policía que se habían escondido como prófugos hasta que pudimos dar con ello.
Recibimos el plan que llevaríamos a cabo a través de un mensaje de Mikey, y aunque no estábamos seguro cuando nos llamó furioso supimos que se trataba de el.
—¡MIKEY ESTA A DOS BODEGAS MÁS! —gritó Sanzu.
Mierda, cambian de lugar cada dos segundos. Justo ahora estamos pasando frente a la bodega que nos había dicho Mikey 20 atrás.
—¡Están en constante movimiento! —gritó Ran.
—¡ENTONCES ACELERA! —grité.
Recibí un asentimiento por parte de Rindou que es el que estaba manejando y este acató mi orden. Subió a velocidad del coche, sin importar que era ilegal o que podíamos tener un accidente. Ahora mismo es más importante es lograr que la policía no gane información de Bonten.
—Llegamos! —aviso Rindou y se detuvo el auto.
—Estamos de la parte atrás de la bodega, los policía están en la entrada bloqueado el paso, pero no pueden entrar porque está cerrada. Mikey esta adentro esperándonos para concluir el plan. —dijo Sanzu.
Todos asentimos ante sus palabras. Cada uno tomó una máscara que nos cubría la cara, nos colocamos una sudadera negra que dice BONTEN en letras violeta. Tomamos las armas que necesitábamos en caso de un ataque sorpresa y bajamos del auto.
A paso silencioso caminamos en la oscuridad de la noche tratando de no llamar la atención. Cosa que es un poco difícil porque hay helicópteros en el cielo vigilando con una luz que se pasea por todo el lugar.
Nos escondimos detrás de un muro viejo y pudimos ver a dos policías cuidando la entrada trasera.
¿Solo dos? Que ingenuos.
—Ran, mátalos, Rindou y Sanzu inspeccionen el área. —ordene.
El mayor de los Haitani asintió y no dudo en obedecer mi orden. Tomo su pistola con silenciador y dió dos tiros certeros, directo a la nuca de los dos policías ocasionando que cayeran automáticamente muertos en el piso.
