Capítulo 1: AlEph (Acto I)

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El escenario era bastante precioso. Estaba en pleno punto de anochecer, dando un característico cielo naranja señalando que el sol se escondía para dar mejor foco a la luna. Los alrededores se encontraban plagados de árboles. Era un bosque, muy lleno de vegetación, que aumentaba en gran medida conforme te adentrabas en su extensa profundidad. En el centro de todo este ambiente, se hallaba el único lugar que no contenía ni una especie de flora además del césped. Un campo grande, con algunas variaciones de altura no muy destacables, y cubierto completamente de pasto. No había otro tipo de plantas y los animales ni pasaban por allí. El sitio se ubicaba en una isla casi paradisiaca, y era considerado por sus antiguos ciudadanos un lugar solitario en el que nunca ocurría nada.

Sin embargo, en este día, se estaba llevando a cabo un evento muy inusual. Un grupo de diez aventureros se encontraban en medio de una fuerte conversación frente a lo que parecía tres humanoides; uno siendo similar a un hombre de gran estatura, con el cuerpo de un color puramente oscuro, como el vacío, pero con un pelo largo en su cabeza que resaltaba por su tono morado; y los otros dos semejándose a arañas gigantes, con cuatro pequeños ojos rubíes, y que podían caminar de forma bípeda. Estas especies extrañas vestían por igual unos smokings muy elegantes de color gris con detalles rojos, a excepción de la figura más alta, el cual tenía uno más oscuro y con decoraciones púrpuras, al igual que sus ojos. Continuando con este último, su voz se hizo presente en el lugar.

— Esta es la última advertencia. Se van de nuestra isla o tendremos que encargarnos de cada uno de ustedes, y ya han observado que somos capaces de hacerlo.

Inmediatamente, uno de los aventureros respondió al enunciado. Por cómo se posicionaba en el grupo, parecía ser su líder, el que controlaba y se preocupaba que todos sus compañeros se encontraran bien. Era un humano masculino, vestía unas telas rojas escarlata que cubrían desde sus piernas hasta la cabeza, con algunas decoraciones amarillas, incluyendo en su cuello una capucha que siempre tenía puesta y cubría su cuero cabelludo, además de hundir sus ojos en la sombra que creaba. También, llevaba una bufanda de los mismos colores y poseía en las manos una espada dorada.

— ¡Ustedes quemaron nuestra ciudad! Si nos obligan a irnos, no tenemos donde ir. Vamos a quedarnos aquí, aun sí les molesta.

— ¡Quemamos su ciudad porque iban a hacer lo mismo con nosotros! Quieren establecerse en nuestro territorio para luego usurpar todo lo que tenemos, alejarnos poco a poco de nuestros hogares que tanto nos costó realizar y, ¡acabar con las metas y objetivos que soñamos conseguir por el bien de la isla! —Contestó de nuevo la especie de gran estatura.

A continuación, habló otra figura del grupo de aventureros. A diferencia de los demás, que eran todos humanos, este definitivamente no se parecía a sus compañeros. Su color de piel era muy semejante al del humanoide trajeado, incluso tenían el mismo tono para sus ojos. La diferencia estaba en que, este personaje poseía rasgos característicos de un dragón, presentando escamas y manteniendo una estructura similar a la cabeza de uno. Pero al igual que los otros tres ejemplos, este también se mantenía parado en dos piernas.

— ¡No vamos a hacer eso! ¡Queremos vivir tranquilos! ¡Lo que pasó en la costa fue solo un malentendido, no tienen ningún motivo para pelear con nosotros!

Una de las arañas se enojó por el comentario dicho por el dragón humano. El nombre de este ser era Iosu. No poseía ninguna diferencia visible con respecto a su compañero de aspecto similar. Decidió responder rápidamente lo mencionado por el aventurero dracónido.

— ¿Malentendido? ¿Me estás diciendo que apropiarse de un hotel abandonado, cambiarle el nombre para convertirlo en un lugar turístico y construir una base en la playa apenas llegan a nuestra isla, es solo un malentendido? ¡¿En serio?!

Paradox Island: EgoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora