Maayan no es una chica convencional, pero, tampoco es un bicho raro.
Solo es un poco excéntrica y perfeccionista.
Si no le gusta lo que ha hecho, lo tirará a la basura. No suele decir que su vida fue un drama, pero gran parte de su vida en la escue...
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Dos pares de ojos nos observaban con fervor, eran niños. Ojos grandes, cabellera abundante y estatura pequeña. Una niña y un niño.
Ambos mantenían una sonrisa pérfida en los labios, su expresión inocentemente practicada me provocaba escalofríos. Harvey lo habrá notado, ya que se irguió- Siempre mantenía una mala posición. Tal vez en forma de demostrar su despreocupada actitud –
Les dio una mirada que fácilmente podía congelar el infierno. Intimidante, seca...Como si quisiera que huyeran de él. La misma que me dio a mí cuando nos conocimos. Ambos nos volteamos a mirar, en shock.
- ¿Qué paso? Sus intensas emociones nos perturbaron un poco. - Preguntó con ironía la chica.
Ambos seguíamos sin saber que decir, pero Harvey quien siempre se me adelanta, fue quien hablo:
- ¿Quiénes son? –
Fue como ver un deja vu, aunque no había pasado mucho tiempo realmente.
Decidí intervenir esta vez, rocé ligeramente su hombro y me agaché a la altura de los niños:
- ¡Hola! Mucho gusto... ¿Eh...? -Hice un gesto para que se presentaran.
-Soy Zion, mucho gusto. - Tenía los ojos de color miel y los labios pálidos, su piel era clara, diferente a como pensé que sería su voz, era áspera y anodina.
- Soy Dafne, es un placer. – Se presento, ella era de tez trigueña, tenía los ojos azules y brillantes como el cielo. Sus labios eran gruesos y rosados. Su voz era dulce y juguetona, era como me esperaba.
Harvey se alarmo terriblemente, incluso yo palidecí inmediatamente.
-Eso es raro. - Contestó Harvey.
-Lo que Dafne quiere decir, es que llevamos siguiéndolos hace...Una hora, más o menos. –
-Eso es peor. – Respondí yo con una mueca de horror.
La trigueña soltó una carcajada y luego me dijo:
- ¡No! - soltó unas risitas. – Si es cierto que llevamos siguiéndolos un rato, pero...Ejem, ha sido porque los hemos visto dentro del bosque y como solo éramos Zion y yo. Ver otros humanos me hizo pensar que era posible no estar del todo solos. -
- ¿Enserio? - Preguntó con sarcasmo Harvey.
Yo contuve una risa y traté de mantener una mirada seria. Iba a hablar, pero Zion me interrumpió y dijo:
-Bueno, realmente escuchamos parte de sus conversaciones...Y nos dimos que cuenta, que por lo menos TU- Me señaló. – No eres de aquí.
