— ¿No crees que estás siendo un mal ex-novio, ardido y ridículo? — preguntó jisung, cruzado de brazos y mirando a hyunjin con la esperanza de que recuperara un poco de la cordura que los tintes le habían quemado.
— ¿No se supone que eres mi mejor amigo, y debes apoyarme en cada estupidez que haga? — le respondió hyunjin a la defensiva, cruzando sus brazos también, intentando verse a la par del menor.
—O sea sí, pero... — suspiró. Jisung se quedó callado y formó un puchero, sin más qué decir.
Probablemente hyunjin tenía un buen punto en su contra, porque son amigos y están en las buenas y en las malas, y tratándose de hyunjin también en las peores, pero eso no significaba que le guste la idea de tener que entrar a la habitación terrorífica de su primo chan, y pedirle ayuda para invocar a algún ente.
Y por supuesto que tampoco significa que se acostumbre a quedar en ridículo, avergonzado, manchado, golpeado, o con cualquier signo de agresión física por culpa de hyunjin y sus tonterías, que han sido muchas a lo largo de su amistad.
‹ ¿Por qué soy su amigo? › pensó el menor después de mirar a su amigo hyunjin por un momento.
Oh, sabía la razón. Hyunjin no tiene muchos amigos, y no se desenvuelve totalmente con las personas, él tiene la suerte de tenerlo como realmente es y ciertamente no puede arrepentirse de nada, porque a pesar de todo, lo quiere.
—Sí sabes que chan está loco, ¿verdad? Y que no existen tales cosas como los demonios y esas cosas, y que estamos perdiendo tiempo de mi valiosa y joven vida...
—jisung, tenemos diez minutos discutiendo frente a la puerta del cuarto de tu primo, ¿podemos sólo entrar? — hyunjin señaló la puerta frente a ellos, levantando sus cejas con intención de que jisung dejara de darle advertencias, parecía una mamá, una muy fea y narizona.
—Esto no me convence, ¿y si terminas poseído o algo así? Es que mierda, eres tan idiota...
—No me insultes, mocoso — hyunjin se quejó, golpeando el hombro de jisung —Pero sí que soy un idiota y por eso vine aquí. Y adivina quién lo es más por ayudarme.
—Seguro que yo... — se lamentó jisung. — ¿No quieres un muñeco vudú, alguna poción? Algo menos estúpido...
—Quiero ser satánico, quiero un demonio malvado y terrorífico que haga que mi vida sea menos fracasada.
—Puedes adoptar un gato, una cacatúa...
—jisung, ¡quiero mi demonio!
— ¡Callate! Mi tía te va a escuchar... — jisung cubrió la boca de de hyunjin y suspiró rendido.
Sabía que nada bueno saldría de evitar que hyunjin hiciera lo que tenía en mente, porque siempre lo hacía, como un burro terco y necio; así como también sabía que todas esas cosas no eran reales y que hyunjin no conseguiría un demonio.
Hyunjin ni siquiera conseguía una nota mayor de siete en educación física, cómo obtendría algo paranormal, de ninguna forma.
Ahora, también sabía que él era medio idiota por hacerle caso. Pero, eran amigos, no había más que hacer. Ni nada de qué preocuparse, ¿que podría salir mal?
Jisung tocó la puerta de la habitación de chan, para segundos después escuchar su voz grave preguntando quién llamaba.
—Hola chan hyung, soy jisung ¿podemos platicar un momento?... — habló jisung bajo la atenta mirada de hyunjin. Esperaron un momento pero no recibieron contestación, hyunjin golpeó el brazo de jisung para que dijera algo más —Eh, mi amigo hyunjin quiere tu ayuda, para... Para una estupidez... — Yoongi golpeó con fuerza a jisung —Auch, digo, ah, para una tarea, sí, y le dije que tú podrías ayudarlo...
Un instante después se escuchó el sonido del pestillo siendo liberado. Jisung y hyunjin se miraron durante un segundo.
—Hay que entrar... — murmuró jisung mirándolo.
—Abre — le ordenó hyunjin con el mismo tono de voz bajo.
— ¿Por qué yo?... — susurró.
—Porque es tu primo, entra primero...
—Pero es por tu pendejada, vas tu primero.
—Abre tú, mierda... — hyunjin y jisung habían empezado a golpearse inútilmente, hasta que fueron interrumpidos por la puerta siendo abierta frente a ellos. Ambos miraron al frente, a chan mirándolos indiferente de su idiotez.
—Hola chan — saludó jisung con una sonrisa nerviosa. Golpeó a hyunjin con su codo, para que se presentara.
—H-hola... — saludó inclinándose levemente frente al mayor. —Soy hyunjin.
Chan los miró sin cambiar su expresión imperturbable.
—Entren — chan se dio media vuelta para dejarlos entrar dirigiéndose a alguna parte de su obscuro recinto.
Hyunjin tomó la mano de jisung y entraron a pasos lentos. Cerraron la puerta detrás de ellos.
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