03.

2.1K 129 7
                                    

"We used to be close but people can go
from people you know to people you don't"

LOLA.

Me encontraba tirada en el sillón viendo mi celular, mis papás seguían de viaje hasta la semana que viene y ya no sabía qué más hacer para matar el aburrimiento.

El timbre de casa sonó y fruncí mis cejas. No esperaba a nadie, a menos que mi tío haya venido sin avisarme, como hace dos días cuando estaba con Enzo.
Me levanté del sillón y me encaminé hacia la puerta, fijándome por el pequeño hueco quién era.

Suspiré con hartazgo y abrí, encontrándome con Matías. Con uno de sus brazos me movió al costado y entró sin siquiera decir nada, lo miré con confusión.

— ¿Qué te pasa? — le pregunté empezando a enojarme por su actitud.

— No. A vos qué te pasa Lola. Fuiste y te comiste al primer jugadorcito que encontraste. — escupió con bronca. Decidí hacerme la boluda por un rato para ver qué hacía. Ahí estaba el verdadero Matías. Se da cuenta que su momentito de fama terminó y está enojado.

— ¿De qué carajo hablás, Matías? Mira que no estoy para alguno de tus teatritos eh. — advertí, cruzando el palier hasta llegar nuevamente al living.

— ¿Ahora no sabés de qué hablo? ¿Y Enzo? ¿Ya te lo cogiste? — me reí incrédula.

— Me venís a tratar de trola cuando acá el atorrante sos vos, si fuiste y te cogiste a la primera mina de nuestra edad que viste, Matías. — Iba a decir algo más pero me sorprendió su puño impactando mi mejilla, haciendo que caiga en el suelo.

— Sos una trola de mierda Lola, mira que no me importa nada a mi ¡Decime que te lo cogiste, puta regalada! — gritó mientras yo me sobaba la mejilla todavía, seguramente me había dejado un moretón.

Iba a decirme algo más pero sonó de nuevo el timbre, haciendo que me levante corriendo para abrir en busca de ayuda, y me encontré con la persona que rogaba mentalmente que estuviera en la puerta. Emiliano.
El mayor al verme, me tocó la mejilla y secó un par de lágrimas que corrían por estas. Hice una seña con mi cabeza y sin dudarlo entró rápidamente conmigo atrás suyo.

Apenas vió a Matías, se acercó hacia él tomándolo del cuello, haciendo que el menor se asuste y cierre los ojos.

— Escuchame gil de mierda, me explicás ya qué mierda le hiciste a Lola porque no te dejo un hueso sano. — murmuró entre dientes viendo cómo el menor no sabía qué hacer.

Mientras mi tío tenía al menor en sus manos, llamé a Enzo y en menos de 5 minutos estuvo en la puerta de mi casa. Corrí a abrirle y cuando lo vi me acurruqué en su pecho, tapándome la cara y largando lo que venía aguantando hace minutos, por no querer mostrarme vulnerable ante Matías. Me envolvió con sus brazos mientras me susurraba que me tranquilizara.

Cuando me calmé, acunó mi cara con sus manos y pudo ver el moretón. Su cara se transformó a una de odio y me soltó para ir adentro. Lo seguí por detrás, todavía en shock. Nunca pensé que Matías llegaría tan lejos.

Cuando llegue a donde estaban los dos jugadores, Emiliano estaba detrás de Enzo, mientras este último le murmuraba algo al menor y seguido de eso, estampó su puño en su nariz, haciendo caer al menor instantáneamente.

— Vos le volves a tocar un pelo, y no voy a ser tan bueno, ¿me escuchaste, boludito? — musitó con bronca, viendo cómo Emi lo agarraba de los hombros, tratando de calmarlo. Yo seguía atrás de los tres, con mis manos en mi boca, largando un par de lágrimas, pero estaba más calmada que antes de que llegara Enzo.

OLDER ━ enzo fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora