OMNISCIENTE
Luego de que Lola le contara a Enzo que iban a ser papás, el susodicho le propuso que fuera a vivir con él, por lo que luego de unos días y de hablar con sus padres, Lola decidió mudarse con el amor de su vida.
Alejandro, luego de unos días largos procesando la noticia que su hija le había dado, pudo aceptar que Lola había crecido, ya no era su pequeña como él pensaba que lo era, y ese era su problema más grande. Le costaba aceptar que Lola estaba creciendo, ya era toda una adulta, había terminado el colegio, se había enamorado y estaba a punto de ser mamá. No podía arruinarle lo hermoso de la maternidad a su hija. Así que decidió invitar al padre de su nieto a comer para conocerlo — a pesar de que Alejandro era fanático de
él —.Una semana atrás...
Enzo reía con las anécdotas que su suegro le contaba, mirando a Lola, quien estaba a su lado roja de la vergüenza.
— Papá ya te dije que esas cosas no las tenés que contar — se quejó la morocha.
— Y bueno Lola, Enzo tiene que saber con qué se puede encontrar.
Enzo volvió a reír. Aún estaba sorprendido por la soltura que manejaban los papás de Lola para comunicarse con él, sobretodo Alejandro.
Lola, por su parte, se enamoraba cada día más. Hace unos días había ido a vivir a su casa y la convivencia era perfecta, sacando de lado el desorden que hacía Enzo con cualquier mínima cosa que tocaba. Estaba feliz. Se sentía plena, por fin. Aunque no lo quiera admitir, había sufrido mucho con la traición de Matías, quien para su suerte no había vuelto a aparecer.
Enzo la cuidaba, ahora muchísimo más, la hacía sentir especial y le recordaba cada vez que podía cuánto la amaba y lo enamorado que estaba de ella. Fueron meses muy movidos en su relación. Se veían casi todos los días, comían juntos, dormían juntos. En poco tiempo se volvieron incondicionales el uno con el otro. Y ahora tienen algo que los une aún más: un hijo.
Los dos estaban seguros de lo que querían, se amaban muchísimo. Lola había descubierto una faceta de Enzo que nunca pensó que vería. Era, en términos que se usaban en las redes sociales, un golden retriever. Andaba todo el día pegada a ella, mimándola y haciéndola sentir bien. Y eso le encantaba.
Enzo, había descubierto que Lola era una mujer con muchos miedos e inseguridades, y se encargaba de hacerla sentir bien cada vez que podía. Y él también descubrió una faceta suya que pensó que no tenía, pero al conocer a Lola no pudo evitar que salga a la luz.
Actualidad...
Los dos charlaban felices sobre ideas futuras para su bebé, mientras Lola lo retaba a Enzo porque dijo que si el bebé era nene, le iba a poner Lionel.
— ¿Pero por qué? Si es alto nombre Lionel, amor — se quejó el mayor en un tono de capricho.
— Porque no, gordo, hay que ser más originales. — excusó, rogando en su interior que sea una nena y riéndose de sus pensamientos.
Antes de que el morocho se pudiera quejar por décima vez, la comida que habían pedido llegó. Enzo había insistido con que salieran a comer, así que Lola no le quedó otra que aceptar. Últimamente se sentía muy cansada, no se quería imaginar lo que sería en el sexto mes, ya con la pancita crecida. Sus antojos no habían sido fuera de lo normal, como medialunas, pasta, hamburguesas o esas cosas que no solía comer tan seguido y que Enzo se las daba con todo el gusto.
Terminaron de comer y charlaron un ratito más, para luego levantarse, ponerse sus abrigos y salir del lujoso restaurante. Todavía no habían confirmado el embarazo, pero su relación sí. La confirmaron poco después de enterarse que iban a ser papás, y no podían estar más felices. Les encantaba usar su tiempo libre juntos, saliendo a pasear o aún quedarse en casa, haciendo maratón de películas o cocinando juntos.
Son actividades que podían sonar muy cursis, sobretodo para Enzo, pero eran actividades que las disfrutaba muchísimo estando con ella.Entrelazaron sus manos y como era de esperarse, la prensa estaba afuera esperándolos. Esta vez decidieron ignorarla y simplemente escapar hacia el auto, sin darles bola a los periodistas que lo único que querían era chimentos.
El motor se escuchó y suspiraron al estar ya unos metros lejos, mirándose y sonriendo aliviados. Era agotador que los periodistas te persigan a cualquier lugar que vayas, y eso ellos lo sabían perfectamente.
Una vez en casa, todo comenzó a salirse de control.
Lola con muchísimas contracciones y mucho miedo, Enzo sin saber qué hacer, agarrando ropa del placar y metiéndola en un bolso. De repente la morocha sintió un líquido derramarse por su entrepierna. No era sangre, pero era como si hubiese roto bolsa. Lo raro, es que tenía muy pocos meses de embarazo. Miró a Enzo desesperada y el morocho no tardó en agarrar las llaves del auto, salir corriendo a meter el bolso en el auto y volver de la misma manera a la puerta de su casa, cargando a Lola en sus brazos para sentarla en el asiento de copiloto y ponerle el cinturón de seguridad.Enzo manejó a una velocidad bastante rápida hacia el hospital, que por suerte no quedaba muy lejos. Al llegar, llamó a una enfermera y rápidamente revisaron a Lola. Todo parecía estar bien, pero había algo que no cuadraba.
— ¿Qué es, doctora? ¿El bebé está bien? — preguntó Lola, con lágrimas en los ojos. Por suerte, la doctora hablaba español así que no se les complicó comunicarse. Dolores suspiró y miró a los jóvenes.
— Lamento decirles, papis, que el bebé corre bastante riesgo. Va a tener que cuidarse mucho, Lola. Reposo absoluto.
— ¿Qué? — preguntó Enzo y Dolores asintió. El jugador miró a Lola, quien ya se encontraba mirándolo con lágrimas corriendo por sus mejillas. — ¿Qué tenemos que hacer, doctora?
— Lamentablemente no pueden hacer nada más que esperar. Hay pocas posibilidades de que sobreviva, pero gracias a Dios no son nulas. Tengan fe, papis. — trató de tranquilizar Dolores, aunque no lo logró. — Los dejo solos, voy a buscar unos estudios y ya regreso.
La mujer se retiró de la habitación y Lola sollozó.
— ¿Y si no sobrevive? — preguntó Lola.— Va a estar bien, mi amor.
Lola negó y tapó su cara. — Tengo miedo, Enzo.
— No te voy a dejar sola, Lola. Nunca en mi vida. — tomó las manos ajenas, dejando un par de besos y acercando su cara a la frente de la menor, apoyando sus frentes. Lola suspiró y asintió.
Como había dicho la doctora, lo único que les quedaba para hacer es esperar.
...
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OLDER ━ enzo fernández
Fanfiction"¿Qué importan unos años de más?" O || Donde ambos se gustan, pero la edad les juega en contra. [+18]