3. Party.

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Dos días en esta escuela y ya la odio, odio como los profesores quieren meterse en mi vida. Estoy bien, no necesito a nadie que me diga lo que debo hacer. En este preciso momento lo único que quiero es irme a mi cuarto y escuchar el último album de Sky Ferreira a todo volumen, pero en lugar de eso estoy en un lugar donde todos parecen estar "preocupados" por mí.

-Señorita Summer, ¿Tiene algo qué decir al respecto? -Añade la psicóloga Lucy.

-Oh, wow pero, Púdrase. -Le digo con una gran sonrisa sarcástica marcada en todo mi rostro.

-Suficiente. Exigimos respeto de tu parte, Cassie. -Me dice Nancy algo enojada.

-Claro, con gusto. Sólo gánenselo. -Respondo con la misma sonrisa de forma amable.

-Llamaremos a sus padres de nuevo. Veo que no desidieron presentarse hoy.

Ésto no me extraña, ellos no se preocupan por mí, no se acuerdan de que yo existo mientras no esté con ellos, para qué molestarse en llamarlos. Me da igual.

-Como sea, yo me voy a clase, nos vemos. -Les digo sonriendo mientras me retiro.

No parece importarles, seguramente ya se dieron cuenta de que conmigo no se puede hablar.

De regreso a mi clase, de nuevo las malditas miradas de todos apuntando hacia mí. Vuelvo hacia donde están Gaz y David y me siento con ellos de nuevo.

-¿Para qué te necesitaba la psicóloga, Cassie? -Pregunta David.

-Solo para pedirme unos datos, no es nada. -Respondo.

Suena la campana para el receso y todos salimos. Gaz y David me llevan a una gran mesa que hay en la cafetería y allí están todos con los que ayer me fui a casa. Me siento con ellos y comienzan a hablar de la salida de hoy.

-Vendrás Cass, ¿Verdad?. -Me pregunta Line.

-Claro, lo haré.

-Genial, paso por ti a las 6.

-Gaz, te encargarás de llevar la coca, ¿Verdad?. -Le pregunta Sharon.

-Sabes que si.

Nos reímos un rato de las estupideces que cuentan todos hasta que suena de nuevo la campana.

-Mi siguiente clase es Matemáticas. ¿Alguien? -Propongo refiriéndome a si alguno de ellos le toca esa clase.

-Voy para allá, vamos. -Dice Katie.

-Las acompaño. -Añade Dyron.

-Wow, gracias. -Les digo y nos vamos a clase.

Al llegar, el profesor no tiene mucha cara de que le guste enseñar, es un señor canoso y alto de unos 50 años.

Durante clases trato de prestar atención pero apenas puedo entender la mitad de lo que explica el profesor. No puedo creer que las matemáticas hagan la clase tan larga, no dejo de mirar el reloj que hay encima del tablero.

Al sonar la campana, me tocan dos horas de tecnología. Katie me explica donde está el salón y yo trato de llegar. Al entrar soy de los últimos en entrar y veo a Marceline en uno de los últimos computadores. Me acerco a ella y me siento a su lado, en el último computador antes de lo que sobran vacíos.

La clase es divertida, el profesor es gracioso y le entiendo perfectamente sus explicaciones. Se me van rápidas las dos horas y por fin salgo con Marceline para nuestras casas.

Salimos juntas y están todos esperándonos afuera. Enciendo un cigarrillo y nos vamos todos a nuestras casas. Es graciosos como conseguí amigos tan rápido, normalmente no suelo ser así de amigable. En mi anterior instituto nadie quería estar conmigo prácticamente, en los trabajos en grupo me tocaba todo sola, es raro estar acompañada. Aún así, sé que sigo siendo la rara.

CassieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora