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La luz rojiza del atardecer pasaba por las ventanas del pasillo, estaba por anochecer y Shin simplemente caminaba tranquilamente a su cuarto.
Estaba seguro de que el director lo mandaría a llamar mañana por la mañana para que fuera al Buro de Magia. Aunque no tenía ni idea del por qué.
Tocó aquel collar rojizo en su cuello, se estaba comenzando a desgastar. Suspiro y al llegar a la puerta de su cuarto se adelantó más pasándola, estaba un cincuenta por ciento seguro de que Rayne estaba adentro.
Shin— (¿Tocare la puerta?... O simplemente me voy y lo dejo descansar?) —Puso sus manos en sus mejillas nervioso, siempre que estaba con Rayne o cerca de él, aunque lo escondía, estaba completamente nervioso—
Tocó la puerta despacio tres veces y espero jugando ansioso con sus dedos. La puerta se abrió dejando ver al compañero de habitación de Rayne. Shin ni siquiera sabía el nombre de ese chico. Solo le sonrió como siempre que iba a ver a su querido Rayne.
El chico ya sabía a qué iba, suspiro cansado y lo dejo pasar.
— Yo iré a tu habitación Yagami. Avísame cuando acabes.
Shin— Seguro como te llames.
— ¡Ya te dije que soy-- !
Y antes de decir su nombre Shin le cerró la puerta en la cara.
Shin— (Ay dios mio... Todavía tiene el peluche que le regale) —cubre sus rojas mejillas al ver a Rayne ya acostado en su cama con aquel peluche de conejo que le había hecho— Que lindo~
Rayne— ¿Que haces aquí? — se levantó molesto—
Shin— ... Vine a verte. Tenía ganas de verte.
Rayne- Ugh... —frunce el ceño mientras se volvía a acostar evitando mirar al de mechas blancas—
Shin sin esperar invitación se aventó al lado de Rayne abrazándolo, cerró los ojos fuertemente esperando el golpe en su cabeza.
Pero después de un rato, no paso, abrió sus ojos para ver al chico debajo de el mirándolo enojado, Shin estaba seguro que veía un pequeño sonrojo en sus mejillas.
Shin— ... Acaso... ¿Estás avergonzado? —Sonrió con cierta burla y sin esperarse nada Rayne lo golpeó tirándolo de la cama— ¡Auch! Eso sí dolio.
Rayne— Si no te vas a acostar normal entonces vete de aquí ¡Idiota! —se sienta en la cama y lo señala— Uno tiene cosas que hacer temprano.
Shin— Lo siento, lo siento. Ya no me burló, es que —mira a otro lado avergonzado— Te veías muy lindo así...
El silencio inundo la habitación, Rayne simplemente le aventó una almohada a la cara haciendo reír a Shin.
El más alto se levantó del suelo y con cuidado se acostó al lado del otro chico. Por supuesto esperando a que el otro se quede dormido. Esperaría que su respiración estuviera tranquila para después irse.
