—¿Lista?— me dice mi hermana.
—Vamos—
Nos montamos en el auto y fuimos directo a recoger a Amy y a los chicos. Primero pasamos por Amy y Sam, ya que estarían juntos ahí los dos, como la hermosa pareja que son, aunque a veces estén peleando 24/7 por celos o cualquier cosa que los haga discutir. Pero ellos se aman, y mucho; nadie ha sido capaz de separarlos. Bueno, eso no es lo que importa ahora mismo.
Como estábamos cerca, le envié un mensaje de texto a Amy diciéndole que ya estábamos cerca y que estuvieran listos.
Al llegar, toqué la puerta y me abrió la madre de Amy, mi segunda mamá. Es una excelente madre, amiga, compañera y esposa; una persona maravillosa.
—¡Buenas tardes, linda!— dice la mamá de Amy.
—¡Buenas tardes, señora Driss!— le digo —¿Cómo está todo?—
—Todo bien, mija. ¿Viniste por Amy, cierto?— dice mientras nos deja pasar a mí y a mi hermana.
—Sí, ¿se encuentra?— le pregunto.
La madre de Amy asiente con la cabeza y la llama. Mientras espero sentada en un sillón, Amy baja de la habitación junto a Sam.
—¿Hary?— dice Amy —¡Qué linda te ves, amiga!—
¿Linda yo? No, ella estaba radiante; Sam es un tipo afortunado, jajaja.
—Me encanta tu vestido rojo— le digo.
—¿Yo? No ves lo hermosa que te ves tú— me responde. La verdad no le creo nada, pero bueno.
En eso sale Sam con Luffy, el perrito de Amy. Es un Beagle, no tan grande, de unos 4 meses. Sam se lo regaló por su cumpleaños.
¿Tierno?
—¡Ay! ¿Pero quién es la cosita más linda de tía?— digo abrazando a Luffy.
—Buenas noches para ti también, Hary— dice Sam.
Lo olvidé por completo; me concentré en Luffy.
—Disculpa, es que hace rato que no veía a Luffy— digo mientras río.
—¿Se van a seguir demorando?— pregunta mi hermana.
Y otra cosa más que había olvidado: la fiesta.
—Sí, apúrense; todavía tienen que ir a buscar a Thiago y Ámber— dice la madre de Amy.
Asiento con la cabeza. Amy toma su bolso y su celular; yo me despido de la madre de Amy y nos vamos.
—Bueno, ahora hacia nuestro próximo destino— dice mi hermana mientras los chicos se montan detrás y yo delante con ella.
Después pasamos a recoger a Ámber y Thiago, que también estaban juntos en casa de Ámber. Luego fuimos directo a casa de Carla.
————-
Después de tantos minutos de viaje, llegamos a casa de Carla.
—Diviértanse— dice mi hermana.
—Sí, nos vemos después— le respondo.
Mi hermana se fue y los chicos y yo estábamos esperando a que nos abrieran la puerta.
—Pensé que no vendrían— dice Carla.
—Perdón, nos retrasamos, pero lo importante es que estamos aquí— digo mientras le extiendo un regalo. Era su cumpleaños; en realidad fue el jueves, pero hicieron la fiesta hoy.
—Gracias— me dice.
—Felicidades, enana— le digo al pasar; los chicos también entran después de darle sus regalos.
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Fragmentos De Un Sueño
Novela JuvenilEn medio de una rutina marcada por sustancias tóxicas y una vida apagada, un joven encuentra un destello de luz en una chica poco convencional. A medida que su relación se desarrolla, la presencia de ella despierta emociones y pensamientos que él cr...