—¿Tienes una katana de samurai encima de tu cama?Guardo en la repisa de mi armario la ropa que he sacado antes de girarme hacia Jungkook, que mira realmente fascinado la mortal arma de combate japonesa que descansa sobre dos tornillos clavados sobre el cabezal de mi cama.
—¿Sorprendido?
Continuo con mis quehaceres, dándole la espalda, pero sé que él dubita unos segundos antes de contestarme.
—¿No serás una asesina serial, no?
—Sí, venga ya— rio, abriendo mi maleta de mano, metiendo mis faldas tricolor— ¿Que acaso no viste nunca una?
—En películas de la era de Meinji.—me responde con sorna.
Me paseo por mi cuarto en busca de mis fragancias aromáticas. Juraría que las puse en mi mesita de noche, de modo que me dirijo allí y chocho, de paso, con las rodillas de Jungkook sentado en la esquina de mi colchón.
—¿De dónde la sacaste?
—Un concurso —digo con simpleza, agachada frente a una cajonera— Quedé entre los finalistas, así que tuve que elegir entre ganar eso o un año de clases de ballet totalmente gratis. Obviamente elegí la katana.
Por unos seis segundos contados, él queda callado.
—Pero creí que te gustaba el baile. No tiene sentido que...
—Si escogí la katana fue precisamente por mi vocación al baile.
Él ríe, contagiándome en el proceso y me levanto del suelo dejando de banda la búsqueda inútil de mis aromáticas.
—Y dime, ¿de qué o cómo aprendiste a manejar una?
—Es que si te lo digo...—empiezo, con tono cauteloso, la ironía escapándose por cada palabra que suelto— conocerás muchos de mis más hondos secretos.
Él se encuentra sentado en el borde de mi cama, de modo que me dejo hacer cuando sus brazos se estiran en mi dirección y me toma de las caderas hasta que tiene mi vientre a la altura de su cabeza. Su rostro elevado, mirándome con una sonrisa que intenta esconder cuando me dice en voz baja:
— ¿Que eres asesina? ¿Una psicópata terrorista? ¿O quizás un ninja que imparte justicia por la noche?
Descanso mis manos en su cuello, mis dedos enredándose en su cabello medio rizado y despeinado. Le encanta que haga eso.
—Ninguna de esas.
—¿Entonces?—sus enormes manos han ido a parar a la carne de mi trasero. Toca, acaricia y tantea, pero no aprieta— Porque no me importaría tener a una sexy asesina como novia, si eso es lo que te preocupa.
Me río.
—¿Ya te dije que desde muy niña siempre quise audicionar para grandes compañías de baile?—apoya su barbilla justo encima de mi ombligo perforado por un piercing rosado— Pues eso hice: audicionar. Pero como no sabía cantar, decidí apuntarme a clases de baile.
—Con razón esos bailes nocturnos que me dabas me dejaron pendrado de ti desde el minuto uno. —se me burla, escuchando atento todo lo que le cuento.
—No sé por qué, pero terminé apuntándome a clases de danza árabe a los diecisiete. Fue la puta mejor decisión que tomé en mi vida, enserio, amé tanto esas clases que las continué otros cuatro años más. De ahí que use y tenga la katana.
Él queda callado. Tal vez sin terminar de entender mi mensaje o procesando que realmente me especialicé en el baile y no es un simple talento que guardo y solo él sabe.
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Peppers +18 || Lizkook
Fanfiction"Bailando, me quito la ropa. Abro las cortinas y, desnuda, ofrezco un show a mi vecino." «- Si tú traes el café, yo traigo el vino.» « -Va a ser muy difícil deshacerte de mí. » [ Relato ] • Fanfic •Heterosexual •Inspirado en "Peppers...