"¿Aceptas? ¡Anne! ¿Aceptas?" Logré escuchar al fondo de mi mente la voz de Stephen.
"¡Señorita Pembroke!"
"¡Acepto! ¡Acepto! Lo siento, sí, s-sí acepto" respondí mirando al hombre frente a mi. El sacerdote.
"Y usted señor Bridgerton, ¿acepta a la señorita Pembroke como su legítima esposa?" Preguntó de nuevo mirándome con desagrado.
"Acepto" respondió Benedict sin titubear ni un segundo, esto era todo, amarrados en un matrimonio sin amor por el resto de nuestras vidas. Solo un heredero y podríamos ser libres. Solo eso.
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Recuerdo poco de la fiesta, poco que no nublaran mis lágrimas, poco de Benedict antes de que desapareciera solo para reaparecer minutos antes de que nuestro carruaje zarpara, ¿habría ido a ver a alguna otra mujer? El día de nuestra boda... ¿se habría atrevido a ensuciar así su traje de esposo dándole placer a otra mujer? Tragué duro, me dolía pensarlo, no como celos, como un dolor real en el pecho oprimido por su descaro.
Recuerdo ver al señor Dank en la fiesta, no me acerqué a él, por supuesto, solo lo miré a lo lejos mientras él hacía lo mismo, sabía que me quería, el lo había dicho, jamás se había intentado propasar, jamás pidió mi mano y eso me enojaba aún más.
"¿Estás lista?" La mano de Benedict apareció frente a mis ojos, su alto cuerpo cubrió mi campo de visión.
"Lista" casi le gruñí de lo enojada que me sentía.
"Muy bien" replicó sin notarlo.
"¿Está tomado, señor Bridgerton?" Pregunté girándome a verlo.
"Definitivamente, señorita Pembroke" replicó con una risa boba.
"No puedo creerlo" lo encaré. "¿Tanto le desagrado?" Me miró fijamente. Los ojos de la gente también estaban sobre nosotros, lo sabía, éramos el centro de atención, la boda del año, si no contábamos la de su propia hermana.
"¿Desagradarme?" Preguntó con una sonrisa ladina y antes de poder replicarle, sus manos presionaron mis mejillas y sus labios, dulces por el alcohol, impactaron con los míos, desearía decir que fue un beso inapropiado, desagradable o forzado, sin embargo, no hubo nada de eso, lo bese de vuelta, porque sus labios eran suaves, porque sus manos hacían la presión exacta, porque estaba furiosa, porque el estaba ebrio.
Los aplausos no se hicieron esperar, nos separamos con labios rojos y respiraciones acompasadas, él sonrió, pero no a mi, a la gente, levantó nuestras manos unidas y nos guió al carruaje, me enfadé más, estaba en completo shock. Mire por la ventanilla como todo se alejaba de nosotros, respiré profundamente, pensaba en nuestra noche de bodas, ¿él sería gentil aún embriagado?
"La noto temblar, ¿tiene frío, señorita Pembroke?"
"Señora Bridgerton y no, no tengo frío" sonrió al mirarme.
"Segura que quiere que la llame así, señora Bridgerton" preguntó burlón y mi estómago dio una vuelta al considerar lo que había dicho.
"Es lo correcto" respondí.
"Lo correcto en público, sin embargo, ahora estamos solos" replicó.
"Entonces "Anne" será suficiente, gracias" volví a mirar por la ventanilla.
"Anne" sentí el sillón hundirse a mi lado "¿tienes miedo?" Lo miré y por primera vez, viendo a sus ojos, asentí. "¿De mi?" Preguntó y negué bajando la mirada. "¿Entonces?" Volví a verlo, lágrimas sin derramar en mis ojos, el terror saliendo por mis poros. "¿De nuestra noche de bodas?" Su voz era suave y gentil, su mano tomó la mía en mi regazo haciéndome respingar. Asentí. "Shh, mírame" llamó mi atención, "nunca haré nada que tú no quieras, jamás" explicó.
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Obligado. Benedict Bridgerton Fan Fiction
FanfictionAnne Pembroke era una joven de clase media alta que acababa de mudarse a Londres para la temporada matrimonial con sus tíos, Lady Emily Pembroke y Lord Arthur Pembroke, ambos altos miembros de la sociedad y adorados colaboradores de la corona y sin...