Obligado. Benedict Bridgerton Fan Fiction

Cuatro.

Querido Stephen...

Los días no eran sencillos para mi en la ciudad, menos en temporada, aún no recibía propuestas, aunque claro era de esperarse nadie se proponía luego de un baile. Bufé... hoy sería el segundo baile y había pasado una semana aquí, no tenía mucho que hacer más que salir con Eloise y Penelope, ellas eran lo más cercano a una amiga que jamás había tenido. Le escribía diario a Stephen y papá y había recibido una nota de Rafe.

"Qué tal los pretendientes, una carta y huiremos a América

Con amor R"

Lo más que nos habíamos escrito en años y su propuesta sonaba extremadamente tentadora en ese momento.

"¡Annie! ¡Annie!" Gritó mi tía "Annie, un pretendiente ha llegado... y uno muy guapo" susurró como si no hubiera gritado todo el camino desde las escaleras.

"Esta bien, ya voy" me quejé mientras me empujaba hasta el saloncito. "Tía, si alguien viene a esta hora a corteja..."

"Señorita Pembroke" la visión frente a mi me impresionó, decir que yo nunca me quedaba sin palabras era lo más natural, sin embargo ahora no encontraba que decir.

"Oh mi querido señor Bridgerton, bienvenido, ¡bienvenido!" Habló mi tía dándole un apretón de manos mientras yo seguía parada estúpidamente mirándolo sin creerlo.

"¿Qué hace aquí?" Fue lo primero que salió de mis labios y de inmediato pensé en disculparme, no sabía que pasaba conmigo cuando se trataba de él. "Discúlpeme señor Bridgerton, me tomó desprevenida su visita" carraspeé.

"He venido a visitarla... yo... em..." tartamudeo.

"¿Gusta sentarse?" No teníamos nada en común, nada de que hablar nada que...

"Me... gustaría tener su primer baile esta noche" hablo rápido.

"¡Por los dioses!" Susurré "Es decir... es que yo... sí, sí claro señor..."

"Benedict" corrigió.

No podía entenderlo, sin cosas en común, sin cariño o sin siquiera conocerlo hacia qué mi estómago se llenara de mariposas, que las manos me sudaran y que las cosas más impropias salieran de mis labios...

"Le traje una gerbera" me informó entregándome la más hermosa de las flores.

"Jamás había visto una. Es... bellísima" sonrió, por primera vez sonrió conmigo, mi tía suspiró emocionada desde una orilla del salón haciéndonos mirarla.

"Oh, lo siento... es solo que... eran las flores favoritas de tu madre y yo..." sollozó. "Oh discúlpenme" salió de la habitación dejándonos solos, así que di un paso hacia atrás de inmediato. No sabía en qué momento nos habíamos acercado tanto, sin embargo se sentía bastante natural.

"No sabía que eran las flores favoritas de su madre" me explicó.

"Yo tampoco" susurré viendo por donde mi tía había salido segundos antes.

▪️▪️▪️▪️

"Debes ir y mostrar tu interés" me ordenó mi hermano.

"Ya ha tenido pretendientes" me quejé, dejando la brocha con la que pintaba.

"Ha tenido dos pretendientes de los que sepamos" contraatacó.

"Anthony... yo no..." comencé

"Lo prometiste"

"Iré el próximo sábado. Por la mañana. Dejaré que conozca a sus pretendientes y sólo iré por compromiso contigo". Expliqué.