Desde lo más alto de las escaleras de aquel casino, observaba como miles de personas, seguramente la mayoría desconocidas estaban bailando, riendo y bebiendo, el ambiente del lugar era tan agradable, los tonos de plata y el azul metálico hacia como si se tratará de una fiesta en el agua, gracias a que los reflejos de las luces se estampaban alrededor de todas las paredes pareciéndose un poco al movimiento del mar.
Al llegar abajo no pude evitar quedar maravillada por los adornos tan relucientes jamás en mi vida había visto tal cosa, sentí que eran tan frágiles pero a la vez tan fuertes que si tan solo llegaba a rozarles un poco con la punta del dedo podría cortarme.
No sé cuánto tiempo estuve hipnotizada por el brillo del lugar pero salí de ese trance cuando sentí unos brazos ligeramente fríos alrededor de mi cintura, baje la mirada y vi un par de manos de dedos delgados y uñas largas que combinaban con el tema de la fiesta, me giro rápidamente hacia ella, quedamos frente a frente, Amelie, no podía creer que estaba enfrente de mi amiga, las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos al igual que en los de ella pero a diferencia de que sus lágrimas parecían diamantes y piedras preciosas.
Amelie llevaba un vestido de tirantes, largo de color azul oscuro y su cabello rubio planchado.
– Hola Meg, que sorpresa encontrarte aquí en la fiesta de graduación… –sin palabras, estaba tan confundida que deje de oír lo que me decía– mira allá está Yess, vamos con ella –dijo de una forma tan animada, me tomo del brazo como solía hacerlo siempre y nos dirigimos hacia el otro lado de la pista, todo se sentía tan irreal–.
Yess, nos recibió con una sonrisa en los labios, vestía del mismo tono que todas las demás chicas, Yess traía un hermoso vestido azul con una tela de encaje negro por encima, era corto en la parte de enfrente y un poco mas largo por la parte de atrás, sin mangas o tirantes, algo que la Yess que conozco no usaría debido a la inseguridad que le genera mostrar su cuerpo y la entiendo perfectamente, pero sumando el cabello rizado hasta sus hombros descubiertos la hacen ver más segura de si misma.
– Al fin se aparecen ustedes dos, primero Amelie se va y después tu Meg, ¿por qué? –no pude evitar reír, sonaba como una niña pequeña–.
– Yess, aaww eres tan tierna amiga –dije mientras con mi dedo índice le toque una de sus mejillas– ven, ven abrazo grupal.
– Si Yessi eres tan linda –Amelie dio pequeños pasos hacia nosotros y extendió sus brazos–.
El abrazo fue muy extraño las tres terminamos con la cabeza pegada a la de la otra y nuestras miradas viendo nuestros tacones.
– Entonces reunión de chicas súper poderosas en casa de Yess, ¿si? –hablo Amelie con una sonrisa–.
– Picnic en el patio les parece –esta vez Yess fue quien hablo y todas asentimos con su idea–.
– Pero que no vaya a llegar el mojo rojo de tu primo –todas nos empezamos a reír aún estando con la mirada hacia el suelo, seguro era una escena algo ridícula para la gente del lugar–.
El sonido chillante que se hace al resbalar llamo mi atención pero no la de mis amigas y al parecer ni la de los demás invitados.
Mi mirada se dirigió hacia el corredor que da a los baños, deje de poner atención a mi alrededor y me enfoque en tratar de escuchar aquello que se encontraba en la oscuridad.
Un grito ahogado fue el comienzo de una terrible pesadilla, está vez sabía que no era la única que había escuchado algo a lo lejos y pronto vimos la razón.
Una mujer joven de aspecto demasiado pálido entro corriendo lo más rápido que le deban sus débiles piernas hasta que se desplomó boca abajo cerca de las escaleras, varios de nosotros nos acercamos para ayudarla.
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Fuego al Anochecer
VampirosTodos alguna vez hemos querido salir de nuestra realidad o volver a lo que nos hizo tan feliz. Ella cada vez perdía la esperanza de volver a ser como antes, él buscaba a alguien con quién compartir su "locura" y le entrego su mundo sin pensarlo.