𝐓𝟓 || 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓𝟎.

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─── Diciembre, New Orleans

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─── Diciembre, New Orleans. 6 meses después.

Unos pequeños pasos corriendo se escucharon del otro lado de la puerta, Hope tomo la manija y abrió la puerta. Con una sonrisa traviesa corrió hacia la cama de sus padres y comenzó a saltar en ella.

Tanto Klaus como Alianova se levantaron alarmados, llevándose un gran susto por el movimiento brusco de la cama, pero cuando vieron la gran sonrisa en el rostro de Hope, una sonrisa también se plasmó en sus rostros.

'¿Qué haces pequeña, traviesa?' Klaus tomo el pequeño cuerpo de su hija y la recostó justo enmedio de ellos.

'¿¡Saben que día es hoy?!' Dijo emocionada.

La confusión en la mirada de Klaus fue evidente, y Alianova no pudo contener una risa ligera al percatarse de la situación. Ambos estaban fingiendo que no recordaban nada.

'Uh, claro que no. Amor, ¿qué hay de especial hoy?'

'Mi cabeza es muy mala con las fechas.'

'Esperen...' La tristeza se reflejó en los ojos de la pequeña, cuyas manos empezaron a jugar nerviosamente con sus dedos. '¿Ustedes no se acuerdan?'

Alianova la atrajo hacia su cuerpo en un fuerte abrazo. '¿¡Como crees que nos vamos a olvidar de tu cumpleaños, nena?!'

Los ojos de Hope se iluminaron con brillo al escuchar las palabras de su madre. La confusión y la tristeza se disiparon cuando recordó que, de hecho, sus padres no la habían olvidado; hoy era su cumpleaños número ocho.

'Feliz cumpleaños, mi pequeña lobita.' Klaus le dedicó una cálida sonrisa a su hija y luego selló ese momento con un tierno beso en la punta de su nariz.

'Feliz cumpleaños, amor.' Por otro lado, su madre, optó por expresar su amor de una manera más efusiva, cubriendo toda la cara de Hope con besos cariñosos.

'Salgamos de la cama.' Klaus dijo. 'Tenemos muchas cosas por hacer hoy.'

Los últimos seis meses habían sido un remanso de felicidad para Klaus y Alianova, un periodo en el que todo parecía alinearse a su favor. La armonía de sus primeros seis meses de matrimonio les brindaba una dicha que no tenían comparación. En la ciudad, la tranquilidad reinaba, sin peligros ni amenazas a la vista.

Ambos padres anhelaban que su hija experimentara un día especial rodeada del amor de la familia que daría todo por ella. Llenaron el espacio con globos y arreglos florales exquisitamente hermosos, creando un ambiente festivo y acogedor que reflejaba el cariño que sentían por Hope.

Cuando Hope descendió las escaleras, sus ojos se iluminaron de emoción al descubrir una hermosa tarta de pastel en la planta baja, junto a una mesa repleta de beignets, un regalo especial de su padre. Klaus, consciente del amor de su hija por esos dulces, no había dejado de mimarla de la manera que mejor sabía hacerlo con eso.

𝐌𝐀𝐃𝐍𝐄𝐒𝐒; klaus mikaelson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora