Prólogo

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Anne siempre había tenido el sentimiento de estar a punto de morir.

Ella vivía con su madre Leah y su hermanastro Charles en una pequeña casa humilde. Anne no sabia nada de su padre y a su mamá no le gustaba hablar de él. Charles en cambio si tenía uno, y pasaba la mayor parte del tiempo con el.

Desde que la pequeña Anne recordaba, su mamá siempre le contaba historias sobre dioses, Zeus, Poseidón, Hades, Apolo, Ares, Afrodita y algunos otros más. Al principio, Anne no entendía muy bien la obsesión de su mamá con los dioses, hasta que enfermo de cáncer. Cuando Anne tenía 2 años Leah estaba enferma, y la pelirroja no se despego de ella en ningún momento.
Su madre seguía contándole las historias, como si su vida dependiera de ello y Anne no hacia más que escucharla.

La pelirroja comenzó la escuela y estaba sola. La única persona que se acercó a ella un día fue Kiara. Las dos pequeñas eran inseparables, ella hacía que Anne se olvidara de sus problemas. Hasta que un día la traicionó, como todas las personas que conocía.
Recordaba ese día como si hubiera sido ayer. Kiara le había pedido a Anne que la acompañará al baño, y como cualquier persona inocente fue, encontrándose a un grupo de chicos y chicas de un curso mas grande. La agarraron de los brazos, sosteniendola con todas sus fuerzas, mientras que ella gritaba por ayuda. Comenzaron a cortarle los brazos con un cuchillo afilado, pero no tan profundo como para asesinarla. Anne miraba a los ojos a Kiara, quien murmuró un "Lo siento". En ese momento, Anne tenía 7.
Llegó a su casa más temprano de lo habitual, y su mamá estaba tirada en el piso desmayada. Comenzó a gritar desesperada, hasta que Charles apareció y llamó a la ambulancia.
Leah estuvo internada 2 días, en ese lapso del tiempo Anne comenzó a ver cosas extrañas. Eran como un tipo de monstruos con alas grandes que la observaba, cuando regresaron a su casa Anne le contó a su madre sobre eso. Su cara cambió rápidamente, le dijo que arme una mochila porque se irían de viaje, que aunque Anne le Insistió que no debía hacerlo Leah no se detuvo hasta que estuvieran en el auto.

-Mamá ¿Que está pasando?- Pregunto cansada del silencio Anne.

-Escuchame Annie, hay muchas cosas que te estuve ocultando, pero pensaba que el tiempo iba a ser más largo- Le dijo, estacionando el auto a un lado de la carretera.
Allí Leah le explico todo. Resultaba ser que Anne era una semidiosa, es decir que era hija de un dios, un dios que nunca se preocupó por ella.
Cuando estaba llegando al campamento, uno de esos monstruos que vio en el hospital se acercaba rápidamente a ella.

-¡Mamá ahí viene!- Gritó asustada una pequeña Anne. La madre la protegió con su cuerpo, recibiendo todos los golpes.

-¡Corre Annie!- Gritó, pero la pelirroja no se movió. -¡Vete!- Repitió, intentando detener al monstruo.

-¿Y tu?- Preguntó entre medio del caos.

-Nos volveremos a ver, lo prometo. ¡Ahora corre Annie, corre!- Y eso fue lo hizo la pelirroja. Corrió con todas sus fuerzas a donde su madre le señaló, y al mirar hacia atrás esperando ver a Leah  acercarse, la vio tirada en suelo, inmóvil.

-¡Mamá!- Grito desesperada, pero alguien la agarro por los brazos y la llevó al campamento.

Estuvo una semana llorando y sin hablar con nadie, hasta que comprendió que debía ser fuerte. Por su madre, y por todo lo que le había enseñado.

Se destacó en algo, y a los 10 años su padre la reclamo, y ahora le enviaba profecías y flechas cada que podía.

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Holaa, acá la historia de Annie, espero que les guste la historia!!

Golden - Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora