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ꕤ˚⌑
Ninguno de ustedes llegó a la foto ese día.
Yo estaba muy molesta y dolida, aún siento un nudo en la garganta cuando pienso en la soledad que sentimos Irem y yo ese día.
¿Qué pasará hoy? ¿Hoy sí van a venir? Por favor vengan, no nos hagan sentir lo mismo como ese día. Si tan sólo hubieran visto el rostro de mi hermana.
Los días habían sido como lo eran antes, pero aún así sentía como si me faltará algo, como si ya no fuera lo mismo. Se que Isik sentía lo mismo que yo pero aún así no decíamos nada o no hablábamos de ellos. Porque si no había sido real todo eso no tenía que porqué doler, ¿no?
Se que Osman y Kerem seguían hablando, pero yo no podía seguir cerca de Osman tenía que eliminar todo lo que sentía cuando estaba cerca de él, no podía permitirme sentir cosas por él, no podía.
Isik se había cambiado de puesto sentándose unos puestos más adelante con una chica que era su amiga, no se habían podido sentar conmigo porque me sentaba detrás de Sinan y eso no lo hacía bien.
En varias ocasiones mi mirada se había encontrado con la de Osman pero yo como la cobarde que era la sacaba enseguida. Si tan sólo no tuviera miedo, sin tan sólo no hubiera hecho esa promesa.
(...)
Sentada en una de las bancas del patio de la escuela, comencé a leer, hasta que siento que alguien se sienta a mi lado. Miré de reojo para ver a Sinan, suspiré.
—¿Podemos hablar?
—Estoy ocupada leyendo, lo siento.
—Estás molesta, lo sé, pero quiero arreglar lo que sucedió. En serio disculpas.
Cerré el libro frustrada, tan sólo quería un momento en paz mientras leía pero me interrumpió. Lo miré enojada.
—¿En serio? Que bueno por ti, pero eso no va a suceder. Trataste a mi hermana como la mierda Sinan, ella tan sólo te quiso ayudar, nada más.
—Lo sé, me acabo de dar cuenta de lo idiota que fui, ¿si?
—Es raro verte tan arrepentido, pero lo siento, lo mejor es que se mantengan alejados de nosotras.
—¿O quieres que Osman se mantenga alejado de ti? —me pregunta haciendo que mi mirada se dirija a la suya.
—¿De qué hablas?
—Sabes de lo que hablo, Irem. Te gusta y tienes miedo.
—No, no me gusta, no podría.
—¿Por la promesa que hiciste? ¿Si sabes que esa promesa la hiciste durante tu duelo, donde no estabas pensando bien, cierto? Estás siendo egoísta contigo. Irem, nadie te va a decir nada porque sigas con tu vida.
