Sophia es una joven con diecisiete años recién cumplidos, vive en el condado de Montana en el pueblo de Yellowstone. En una noche del 22 de septiembre en el inicio del otoño, su hermana mayor Verónica desaparece dejando rastros confusos,¿Se fue por...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Silencio... Más silencio... Un silencio sepulcral...
Recién me despierto y me cuesta unos segundos darme cuenta de que no me encuentro en mi habitación, tampoco es la casa de Nancy, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que solo hay un tragaluz que apenas deja pasar la luminosidad del exterior.
Intento levantarme, pero en cuanto me reincorporo en la cama me mareo y un fuerte dolor viene a mi cabeza como si me hubiese golpeado en la noche anterior, no entiendo nada, no sé dónde estoy y no recuerdo qué me pasó ayer. Solo sé que tengo un perfume que no es mío, parece el mismo aroma que desprenden las flores de las rosas cuando florecen en la primavera, es una mezcla de aromas que te lleva a las hermosas mañanas de dicha estación, el rocío empapando las flores y el césped, los pájaros cantando y un sol que te calienta y te protege de la fría brisa que te hace remolinear el cabello.
La habitación está en penumbras, y apenas se empiezan a escuchar pájaros cantando, el cuarto es blanco infinito o al menos eso es lo que mis ojos perciben ante la luz y la oscuridad, que no deja percibir dónde empieza la una o acaba la otra, además del tragaluz hay una puerta que apenas si llega a mi altura, una puerta roja.
《Mi salida》
Intento pararme para ir hasta ella, retiro la sábana que apenas cubre mis piernas, las cuales se encuentran un poco sucia, como si de barro seco se tratase, con cuidado bajo uno de los pies y luego el otro, en el momento en que me paro un flash llega a mi cabeza, una mano familiar me toma de la muñeca fuertemente. Me agarro de la cabeza y me vuelvo a sentar en la cama.
Observo mi muñeca y me encuentro con moretones morados en ella, y entiendo que es un recuerdo, eso sí pasó, mi corazón empieza a latir con fuerza.
Un fuerte golpe hace que de un salto y un nuevo dolor se hace presente, me observo los pies y también los tengo lastimados, como si hubiese caminado por espinas, vuelvo a concentrarme en los ruidos intentando ignorar mis heridas, se escuchan pasos acercándose, el ruido de la cerradura abriéndose hace que mi corazón parezca que se va a salir de mi pecho, hasta que se escucha una tercer cerradura y luego unos segundo de silencio que parecen una eternidad, hasta que la puerta al fin se abre.
Mi corazón deja de latir por unos segundos, un hombre de contextura más grande que yo está parado en el umbral de la puerta observándome con una sonrisa ladeada, mi corazón vuelve a latir al darme cuenta de la familiaridad de su rostro.
-Estrellita, ¿cómo descansaste?- su voz conocida hace que los recuerdos lleguen como misiles bombardeando mi cabeza y provocando que no pueda resistir la migraña.
El dolor es tan fuerte que hace que mi vista se nuble por unos segundos, pero aún más doloroso es darme cuenta que todo este tiempo había sido él. La luz ya no existe todo se tolda de negro y lo último que veo es su cara observándome con satisfacción y tratando de absorber todo el olor posible de mi perfume.
