EL FONDO: L

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L

Aquí está S. A unos centímetros del fondo.

Luego de unas cuantas miradas asesinas, reclusión social, cinismo, maldad, pensamientos misóginos y de haber rechazado (de mala manera) una que otra chica de su clase – En resumen: de tener el síndrome de Sasuke Uchicha – ocurrió el acontecimiento que le hizo tocar fondo con respecto al amor.

Como decía al principio del libro. El amor siempre ha golpeado fuertemente a S. Él solo quería compartir momentos románticos de calibre de las películas de Hollywood y las canciones rosas. En cambio, obtenía el resultado final... un corazón roto.

Aún con sentimientos negativos luego de la desilusión de T. S prefería olvidarse completamente del universo femenino. 

Para él, no había San Valentín, solo una celebración vacía, con protagonistas que están condenados a terminar con su relación a pesar de los besos y apapachos.

Cada vez donde S viera una pareja, sentía recelo y repulsión. Pero, esto solo era deseo, celos y añoranza disfrazada.

Hasta que un día alguien golpeó a su puerta, como un atisbo de luz que se escurre por la ventana.

Era una tarde cualquiera, el ambiente era frío, casi como aquel ambiente sombrío que abraza el castillo de Drácula en las películas. S estaba haciendo algunas tareas de secundarias, comiendo una de esas barras que te las venden nutritivas, mientras su prima – que para ese entonces residía de la ciudad – le amenizaba con chismes y pláticas sonsas, mientras grababa a S sin que él lo notara.

Luego de conseguir el mejor ángulo de S, su prima subió el video a sus estados de whatsapp – S no tenía idea de la existencia de esta red social – para recibir de manera inmediata un: "¿Quién es ese muchacho? Está guapo"

Con una sonrisa de confidencialidad dibujada en el rostro. Su prima lo mira y le pregunta: "Estás soltero, ¿verdad?" A lo que S responde con un desconfiado "Sí". Es entonces cuando S descubre la verdad... Había despertado interés en una de las amigas de su prima, a lo que, ni corta ni perezosa, su prima le facilitó la campaña de cortejo.

La prima de S se ofreció a llevarlo a la casa de esta chica ya que eran compañeras de clase y había trabajado juntas en su casa. Esta chica es L.

L era un completo misterio para S. No sabía que aspecto tenía, solo confiaba en las palabras de su prima.

- Prima de S: "¡Vamos! ¡Te va a encantar! Tal vez coronas Jañita (Novia) UwU"

S acepta con desinterés en su mirada, pero – para que mentir – un poco emocionado y con mariposas en el estómago. Mariposas que él mismo roció con veneno, las enterró y que ahora están de regreso como muertos vivientes.

Era un sentimiento que iba incrementándose más y más, como una avalancha que golpearía a S contundentemente tarde o temprano.

Era el día del juicio final, llegaba la tarde, una tarde nublada, misteriosa, gélida. El invierno estaba en pleno apogeo y llovía cada 30 minutos con 15 segundos exactamenteme, las calles vacías, solo S y su prima iban camino a la morada de L.

Mientras S caminaba por las calles postapocalípticas, era imposible no sentirse como el típico caballero medieval, marchando al castillo asediado por un dragón escupe fuego. Un caballero, con espada y escudo, espada que cortaría a quien se atreviese a estorbar en el camino para rescatar a la princesa encarcelada.

Miedo, nervios, emoción, intriga, eran algunas de los sentimientos que vagaban en la cabecita de S. Hasta que su prima, que iba liderando el camino, se detuvo en frente de una casa. Una casa, ni de lujo ni de cartón. Eso sí, con plantas por todos lados.

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⏰ Última actualización: Jan 16 ⏰

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