-No seas dramático, estoy al lado tuyo Michikatsu.- Al ver al pelinegro ceder y dejar de envolver al menor con sus alas lo cargó con cuidado dejándolo en el suelo para revisar sus puntos vitales. -Y sí, pasó algo. Kagaya-sama quiere tenerlo como esposo y Douma lo rechazó, arrancandose la aureola para crear dos abanicos que liberan hielo. Seguramente los abanicos quedaron en el agua y por eso se congeló. Después de revisarlo usaré el camuflaje y los buscaré, el aún no sabía usar el camuflaje, y si hubiera sabido no hubiera tenido los poderes para usarlo.-
Michikatsu gruñia furioso mientras apretaba sus manos en puños viendo preocupado al peliplata que aun mantenía sus ojos cerrados. -Maldito Ubuyashiki. Te voy a asesinar con mis propias manos.-
Yoriichi tragó saliva asustado, cuando Michikatsu se enfurecia era mejor no estar cerca. -Bueno... Ya lo revisé y todo está en orden... Solo necesita la aureola y listo... Voy a buscar esos abanicos.- Se hizo invisible con sus poderes y salió de la cueva volando a gran velocidad dejando a Douma recostado en el suelo.
Michikatsu frunció el ceño frustrado y se recostó junto a Douma, cargandolo con cuidado para dejarlo recostado sobre su pecho y envolver su delicado y débil cuerpo con sus enormes alas negras, sonriendo emocionado por tenerlo nuevamente en sus brazos, mientras lágrimas preocupadas caían de sus ahora dos ojos, relajandose al tener a su adorado arcoíris en brazos. -Tranquilo mi bebé, yo te protegeré.-
Yoriichi por su parte voló hasta estar en el cielo y alzó una mano hacia la luna, haciendo que vuelva a su lugar y el sol volviera a salir, derritiendo así el hielo.
Luego, se sumergió en el mar y nadó hasta finalmente encontrar los abanicos dorados, volviendo nuevamente a la cueva a toda velocidad.
Ni bien entró, se sonrojó hasta las orejas ante lo que vió.
Su hermano tenía al menor dentro de su yukata negra, mientras con una mano sujetaba sus caderas y con la otra acariciaba su cabello repartiendo dulces besos por sus mejillas, moviendo alegre su cola de demonio mientras rodeaba el cuerpo del peliplata con sus enormes alas negras.
-Oye Romeo.- Lo llamó Yoriichi en broma. -Pásame las manos de tu Julio para que tenga su aureola de nuevo.-
-Ja ja ja, que gracioso.- Michikatsu rodeó los ojos y con cuidado sacó las manos de su amado de adentro de su yukata negra, estirándolas sobre la cabeza del peliplata. -Rápido, cura a mi bebé.-
-... Mejor no pregunto en donde le pusiste las manos, pervertido.- Yoriichi se acercó y dejó un abanico en cada mano del menor.
-Oye! Estaban en mis hombros lo juro!- Se quejó el pelinegro haciendo que las manos de su amado se junten poco a poco y así choquen los abanicos hasta formar la aureola, que brilló intensamente. Bajó con cuidado las mano de su amado hasta su cabeza y cuando esta estuvo en contacto con la cabeza del ángel, este abrió sus ojos arcoíris despertando, provocando una dulce sonrisa en el pelinegro. -Hola mi amor.-
Douma sollozó emocionado al reencontrarse con su dulce Michikatsu y no dudó un segundo en abrazarse con fuerza a su cuello dándole un dulce y amoroso beso que rápidamente fue correspondido.
Yoriichi desvió la mirada nervioso al ver dicha escena y caminó a la entrada de la cueva, sentándose en esta para darles su privacidad.
-Mmmm~~- Gimió Douma ansioso removiéndose dentro del yukata negro de su amado deseando frotarse con el y tener contacto físico. Aún en el beso de desató su yukata blanca quedando en boxers blancos y comenzó a frotar sus torsos desnudos mientras su lengua se movía desesperada con la lengua de su amado.
Michikatsu jadeó ansioso en el beso y se recostó en el suelo de la cueva dejando a su amado Douma recostado encima suyo.
Mientras sus alas lo abrazaban, sus manos jugaban con sus pezones y su cola se movía traviesa entre sus piernas hasta llegar al boxer blanco del menor, comenzando a acariciar su entrada sobre dicha prenda de ropa.
Douma se separó del beso al necesitar respirar y sollozó emocionado aferrándose a su amado. -Mi dulce Michi~- Sollozó alegre llenando de besitos dulces su rostro. -Te amo tanto mi amor~ Por favor no volvamos a separarnos.- Rogó entre suspiros acurrucándose en los cálidos brazos de su amado.
-CORRAN CHICOS!!!- Escucharon gritar a Yoriichi y luego salir despedido hasta chocar su cuerpo contra la pared.
-DOUMA VEN AQUÍ!!!- Gritó furioso Kagaya entrando a la cueva. -MALDITO DEMONIO ASQUEROSO! ME ROBASTE A MI NIÑO!-
Douma chilló aterrado aferrándose a su amado. -N-No quiero! Q-Quiero a Michi!-
Michikatsu se puso de pié aferrándose a su dulce ángel. -Aléjate de mi bebé, maldito desgraciado!-
Kagaya sonrió de lado y chasqueó los dedos activando el control físico en el peliplata y el pelirrojo.
Las alas de Douma se abrieron solas y lo hicieron volar hacia el de lacios cabellos negros extendiendo las manos hacia el. -NO!!! NO QUIERO!!! QUIERO A MI MICHI!!!-
El demonio abrió sus enormes alas lanzándose hacia el patrón y su dulce Douma, al menos hasta que Yoriichi se interpuso. -QUÉ HACES IMBÉCIL?!-
-YO NO LO HAGO! EL ME ESTÁ CONTROLANDO!- Yoriichi sujetó las alas negras de Michikatsu reteniéndolo.
-Ven aquí y bésame mi niño.- Sonrió coqueto el de ojos blancos estirando las manos hacia Douma.
El ojiarcoíris hizo una mueca de asco, pero su cuerpo se abrazó al cuello del mayor y sus labios se juntaron en un piquito con los suyos.
Kagaya sonrió encantado y abrazó las caderas del menor abriendo sus grandes alas doradas. -Voy a cogerte tan duro que solo podrás moverte con las alas, precioso~-
-NO QUIERO!!!- Gritó aterrado el ángel pese a que su cuerpo estaba acurrucado entre sus brazos y sus alas estaban cerradas pegándolo al cuerpo del mayor.
-BASTA! SUÉLTALO MALDITO ENFERMO!- Gritó furioso Michikatsu intentando zafarse del agarre de su gemelo menor.
-PATRÓN SUÉLTELO! NO TIENE SU CONSENTIMIENTO!- Gritó Yoriichi molesto con su jefe.
-Maldito traidor. Si tanto quieres a tu hermano entonces quédate con el.- Chasqueó los dedos anulando la aureola en la cabeza de Yoriichi haciéndolo temblar de dolor y desmayarse pese a que sus brazos seguían aferrados a las alas de su hermano mayor.
-NOOO!!! YORIICHI!!!- Gritó asustado Michikatsu removiéndose inquieto intentando soltarse para salvar a su hermano y su amado.
-YORIICHI! MICHI!- Gritó Douma asustado al ver a su cuñado en peligro y como el patrón comenzaba a volar alejándolo de su amado.
-Tranquilo mi dulce ángel, yo te voy a cuidar muy bien~- Kagaya suspiró encantado abrazándose a su cadera mientras bajaba una mano para acariciar encantado sus nalgas mientras atravesaban las nubes. -Eres mío~-
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Amor Imposible [MichiDou] (+18)
ФанфикPorque está mal visto que un demonio sienta amor, pero ¿quién dijo que ese amor sería visto?