1. Vaya mierda

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La alarma no sonó esa mañana a la 5 a.m. como suele hacerlo, por ende Kyungsoo no despertó a la hora exacta, lo cual le produjo un ataque de ansiedad, que aparecen en cada oportunidad en que las cosas no suceden como él las planeó. Agitado, se duchó y se vistió, siquiera tomó el desayuno. A pesar de todo el estrés que invirtió para llegar puntual a la pastelería, no estuvo en el lugar a tiempo, o eso decía él.

—Soo, pero si llegaste puntual, son sólo las 6 y 2 minutos —Explicó Baekhyun mostrándole la hora en su reloj de muñeca.

—Debí estar aquí a las 6 EN PUNTO —Recalcó Kyungsoo. El pobre Baekhyun retrocedió al notar la ira de su socio. Para ser precisos, Kyungsoo enojado es terrorífico, a pesar de su cara de recién nacido y sus expresiones naturalmente adorables. Es por ello que Baekhyun, siendo el irresponsable y manganzón que es, siempre llega puntual al trabajo, sino, lo más probable es que su cuerpo luego sea encontrado en una laguna flotando, en una alcantarilla o al fondo de un callejón acompañado de ratas.

Pero aún así el día no mejoró. Kyungsoo al entrar en la cocina encontró una enorme y asquerosa cucaracha haciendo de las suyas. Gritó como una nena, y sus enormes y redondos ojos casi se salían de sus cuencas de la impresión, seguidamente se subió en la mesa de la cocina, tirando ollas y bandejas por todo el lugar. Baek, conociendo bien a su amigo, entró completamente armado, con un insecticida, una escoba y una pala, acabando con el enemigo que amenazaba la vida de Kyungsoo. Posteriormente, ambos se dedicaron a limpiar dos veces el lugar a fondo, dado que Soo tiene manía con los gérmenes, y si había una cucaracha, es porque el lugar no estaba precisamente limpio.

Debido a aquel hecho, abrieron tarde, algo que lógicamente Kyungsoo odia con su alma. Maldijo interiormente al universo, al estúpido despertador y a la horrenda, espeluznante, fiera, repulsiva y monstruosa cucaracha. En especial a ésta última.

Sin embargo, no todo terminó ahí, tuvo que llegar aquella señora engreída y de la high class. Era irritante y añadiéndole un Kyungsoo en el peor día de su existencia, no era precisamente una buena mezcla.

—¿Qué coño quieres, tocino? —Escupió Kyungsoo, literalmente.

—Soo, hay una ajumma que dice tener un trabajo importante para nosotros, o algo así, no escuché muy bien, y como tú eres más apto para hacer tratos y esos asuntos, pues te pongo a cargo —Baek se limpió el escupitajo de Kyungsoo de su ojo, con el mismo guante con el que servía los cupcakes.

—¿Y qué mierda te crees tú para ponerme a cargo, grasa? ¡Y deja de limpiarte la baba con ese guante! Ahora debes quemarlo y conseguir otro, idiota. Ya voy a hablar con la ajummita esa —. A continuación, lanzó los guantes en el pecho de Baek y salió de la cocina, cambiando completamente su expresión por una sonrisa squishy, de esas que brotan naturalmente de sus poros. Baekhyun se cuestionó por un momento si su amigo estaba realmente cuerdo. Concluyó que no. Hizo una nota mental de sugerirle un buen psicólogo para cuando se encontrara de humor. No quería tener que lidiar con una sartén sobre su cabeza, o un libro, o cualquier otro objeto contundente, con el cual atentaría en contra de su integridad.

—¡Buenas tardes! Soy Do Kyungsoo —Le dedicó una reverencia y se sentó frente a ella, apoyando sus brazos sobre la mesa.

La mujer ni siquiera se limitó a mirarlo—Quiero tres mil de cada uno de esos postres que ustedes hacen y un pastel para pasado mañana, necesito que sean perfectos porque son para mi pequeño —, enfatizó las últimas palabras con una dulzura hipócrita,—se levantó de la silla, dejando imágenes de referencia y una tarjeta de contacto. Inmediatamente partió en un carísimo automóvil, que probablemente costaría más que el alma de Kyungsoo y Baekhyun juntas.

Bajó la mirada y la observó irse, dejando ver una sonrisa endemoniada, abandonando toda su fachada adorable e indefensa. Los clientes que se hallaban alrededor se alejaron lentamente, manteniendo el contacto visual.

—Perra básica — , murmuró para sí mismo. Se propuso a cobrarle por su trabajo, el material y por empeorar su día de mierda.

Baekhyun rezó por seguir vivo.

Por otra parte, la idea de hacer 24 mil pasteles en menos de tres días, era inimaginable. Necesitaría de cada ser humano y no-humano, excluyendo a las siniestras cucarachas, para culminar a tiempo.

Y Baekhyun continuaba rezando a Zeus, Alá, Buda, Jehová, Aliens y cualquier otra deidad por sobrevivir esos días.

Sickeningly Sweet ➳ KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora