Entre las flores de su jardín. Él era la más hermosa, su pétalo.
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—¡Estrellita, ya estoy en casa! —Jungkook suspiro mientras se sacaba los zapatos y aflojaba su corbata.
—¡Estoy en la cocina, amor! —Respondió Yoongi.
Jungkook sonrió mientras casi flotando se acercaba a la cocina que desprendía un olor exquisito.
Yoongi estaba ahí, de espaldas, lavando un plato, moviendo un poco las caderas por la música que pasaba en la radio y a la vez tarareaba.
Jungkook se mordió un poco el labio y lentamente se acercó. Lo tomo por las caderas y lo volteó para mirarlo. Yoongi soltó un pequeño grito por la impresión y luego soltó un jadeo porque Jungkook había comenzado a besarlo duramente. —Mm. —Se escucho, luego de unos cuantos chasquidos por sus lenguas tocándose.
Yoongi lo alejó a penas para luego soltar un risita porque su esposo había comenzado a besarlo en el cuello.
—Hola a tí también, Jungkookie. —Y luego un gemido porque había mordido su cuello. —Koo. —Le regaño. —No lo hagas tan fuerte, mañana tengo que dar clases, y mis alumnos se alarmaran si llego con moretones. —Explicó pero igualmente ladeo su cabeza dándole más acceso a su esposo.
Jeon río. —¿Y eso a mi qué? Ya saben que tienes un esposo, ¿no? —Y siguió con lo que hacía. Sus manos curiosas tocando un poco de más.
—Aún son unos niños, no tienen que saber que eres un pervertido. —Bromeó y soltó un gemido porque Jungkook le dio una nalgada por su comentario.
—Amor, a su edad, nosotros ya haciamos estas cosas. —Y siguió.
Y tal vez las cosas escalaron un poco cuando Yoongi ya estaba de rodillas.
—Koo, deberíamos parar. Aún estoy cocinando. —Dijo apoyado en sus muslos, mirándolo desde abajo con esos ojos que Jeon amaba tanto. Todo sonrojado.
Jungkook mordió sus labios. Él era el guerrero más fuerte. ¿Por qué le ponía Dios pruebas tan difíciles?
Jeon soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo, e hizo que Yoongi se levantara del suelo.
Bien, estamos yendo bien.
Todo controlado.
Yoongi río con ganas y se volteo para seguir haciendo lo que anteriormente hacía.
—Traeré mi computador para acompañarte hasta que termines y cenamos juntos.
Yoongi hizo un sonido de afirmación.
Luego de un rato de conversar, y saber cómo le había iba en el trabajo a Jungkook comenzaron a comer.
—Perfectamente podrías ser un chef profesional, Gigi. —Asintió Jeon saboreando lentamente la sopa que su esposo había preparado.
