CAPÍTULO 13: Luz en oscuridad.

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Más meses habían pasado, y eso mismo conllevaba a que la princesa cumpliría sus quince años al otro día.

        —Príncipe Zenitsu.

        —¿Ah? ¡Mitsuri! ¿Qué pasa?

        —Es mañana —el chico no necesitó preguntar, pues recordó que Nezuko alguna vez le mencionó sobre aquella fecha.

        —Pero ella y yo ya no podemos vernos más.

        La pelirrosada se quedó unos segundos pensando, hasta que finalmente se le ocurrió una idea.

        —¡Ya sé! Yo podría cubrirlos.

        —¿Harías eso? —quiso saber, sorprendido por la disposición de la mayor.

        —¡Claro! Nezuko y tú realmente se quieren, así que podrías hacerle alguna sorpresa en otro lugar, y cuando acabes me dices para que yo avise que se irá conmigo y que pasaremos la noche juntas.

        —¿No te meterías tú en problemas? Te acusarían de traición por apoyar una infidelidad.

        —Todo sea por la felicidad de mi amiga —mencionó seria.

        —De acuerdo. Muchas gracias Mitsuri.

        —Príncipe.

        —¿Mm?

        —Cambiando de tema, ¿ya se enteró de la cantidad que su hermano Kaigaku quiere invertir en tierras desconocidas y estériles?

        —¿Cuánto? —cuestionó temiéndose lo peor.

        —Diez millones.

        El joven dejó salir de su boca un suspiro de rendición y exasperación. Más tarde tendría que hablar con él.

        —Tal parece que hoy me espera un buen dolor de cabeza.

        —Si se me permite preguntar, Alteza —inició ella empleando un lenguaje más formal—, ¿alguna vez ha pensado en comunicar al Consejo? No deseo crear males, pero creo que quien será futuro rey no es apto.

        —Ciertamente no lo había pensado. Aunque para convocar una reunión del Consejo debe haber algo más serio que una intuición. Me duele decirlo pero necesitamos que Kaigaku cometa una tontería para tener evidencia suficiente de un sucesor que no está preparado.

        —Entiendo.

        —¿Algo más que deba saber o que quieras comentar? —interrogó con una pequeña sonrisa de labios cerrados para calmar el ambiente, que con el tema de su hermano se había vuelto tenso.

        —No Majestad, que tenga buen día y suerte con la plática —ofreció Kanroji haciendo una pequeña reverencia. A lo que Zenitsu correspondió con una menos pronunciada y partió de allí. Tenía asuntos pendientes que tratar.

        Primero haría lo que le consumiría menos tiempo, y eso era el regaño de Kaigaku. Así que tomó el camino correspondiente a la oficina del antes nombrado; y ya estando frente a la puerta no se molestó en tocar.

        —Kaigaku —lo llamó con seriedad.

        —¿Qué putas quieres?

        En eso, el menor percibió un extraño olor en el ambiente y se tapó con la mano—: Apestas a alcohol.

        —Ajá —dijo el otro con desgana.

        Zenitsu no era tolerante al aroma amargo de la bebida, sin embargo pensó que permanecer con una mano cubriendo su nariz le restaría seriedad al asunto.

¿Traición? [ZeniNezu].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora