-¿Crees que nos dijo la verdad?
-No lo sé, pero no puedes negar que es muy guapo –dijo con una sonrisa mirando el papel en su mano- con esto podemos podremos arreglar la cita
-¿No crees que es mejor dejar las cosas como están? Digo, de seguro ya se encontraran a su tiempo –voltea a ver la luna del ventanal- Además, ahora que lo pienso no sabemos quién es. Tú estabas más tiempo –ve a su compañera confundida- Debes saber algo
-Quisiera saber –guardando el papel en su bolsillo- pero solo escuche un rumor de alguien, que no recuerdo su nombre ahora, que...dice ser una eriza de ojos profundos color jade...que no aparenta su edad
-¿Cómo así? –confusa-
-Dicen que su edad se mantiene intacta. Pero nadie lo sabe así que no sabemos esos detalles
-Pero debe haber algo más –comenzando a caminar al final del pasillo-
-caminando a su lado- Ella nunca sale de esa habitación y su última asistente dice que no recuerda nada, ni de su aspecto ni como era su personalidad –suelta un bufido- Lo último que me dijo es que las lluvias siempre han sido su alarma cuando ella no está o...cuando...
-¿Cuándo qué? –incitando a continuar-
-cuando ella se va lejos de esta mansión...pero casi siempre la encuentra en un solo lugar...
Continuaron hablando entre los pasillos. Sin darse cuenta, ambas caminaron por aquella puerta de madera en la que al otro lado de esta se encontraba su tema de conversación sentada sujetando sus piernas apoyada en la puerta con la mirada perdida. Escucho un poco la conversación de las jovencitas restándole importancia si ya tenían alguna idea de su apariencia.
Su mente estaba sumido en un mar de recuerdos de aquel erizo anaranjado.
"le juro que después de ese día trabajare muy duro y no tendré dias libres"
Por su cabeza vino el recuerdo de ayer. Aquel campo de flores y esa sonrisa tan cálida. Hacía mucho tiempo que no había visto a alguien sonreír así y que ella sea quien lo provocase era raro y hasta un poco reconfortante. Y hoy que lo había visto en la tarde le entrego una sonrisa que sentía un poco de alegría pero raro el sentimiento que sintio después.
En una de sus manos había un papel. Era una nota de quien ahora era su asistente pero para dentro de unas cuantas horas podría ya no ser nada. No lo había visto hasta que entró a la habitación pero no lo leyó, habían pasado muchas cosas en tan pocas horas.
"le entrego esto como agradecimiento por lo de ayer.-extendiendo la flor hasta que la eriza lo reciba- Ahora si me voy –comenzando a caminar a la puerta pero se detiene- Nos vemos mañana –dándole una última sonrisa-"
Soltó un bufido de ironía al saber que ya no se cumpliría lo que dijo. Miro aquella flor reposando en un pequeño florero cerca de la ventana. Era la primera vez que alguien le daba algo y esta vez no era él. Podría haberla tirado pero había algo que se lo impedía. Sería un último recuerdo de alguien que protegió, solo que ella se llevaría el recuerdo y él continuaría con su vida, de nuevo.
No sabía que tenía pero sentía una gran pesadez. Habían pasado un par de horas de aquella despedida, quizá sea eso.
Desdoblo el papel encontrándose con esas palabras que ya no tendrían sentido después.
"Buenas noches señorita desconocida
Pasaba por aquí para dejarle esta nota como agradecimiento por permitir darme un día libre. No sabe lo importante que ha sido. Estoy en deuda con usted.
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LAS TRES MOSQUETERAS "SONAMY"
RomanceUn encuentro entre tres chicas cambian su destino al tratar de encontrar un lugar que ocupar como guardia de la familia real, las tres soñadoras intentan hacer lo que sea para poder demostrar que realmente merecen pertenecer a ese cargo pero...¿real...