diecisiete

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18/05/2023

FEDERICO

Me despierto al sonido de la risa insoportable de Matías. Cuando mis ojos lograron enfocar bien y mi mente pudo más o menos despertar, entendí que era tan gracioso. En mi puerta estaban mis dos amigos apuntándonos con el celular para sacarnos una foto. A mi, y a Lorna que, como hace algunas semanas, se había acomodado arriba mío. Siendo totalmente sincero, creo que podría acostumbrarme a despertarme así más seguido.

No se por qué milagro, pero Lorna parecía seguir dormida. Énfasis en el parecía, porque era bastante raro que el despierto sea yo y ella esté en el quinto sueño, así que no me lo tragaba para nada.

—Lor, ya se que estás despierta—le susurraba en el pelo mientras miraba a Matías con cara de pocos amigos—. No sé qué tan cómoda estés pero levantate así lo voy a recagar a trompadas a Mati.

—Mmm, cinco minutos más—se quejó abrazándose más a mi torso y acomodándose mejor.

Bueno, al parecer tan despierta no estaba, así que me dediqué a mirar mal a Matías, hacerle un hermoso fuck you, y dedicar el resto de mi energía a hacerle mimos en el pelo y en la espalda a Lor. Si la vida me da limones, ¿cómo no voy a hacer limonada? Es decir, esta situación probablemente no se repita nunca más en la vida, tengo que disfrutar el momento.

Aunque, si o si nos teníamos que levantar para cumplir con nuestros deberes. Ella tenía que estar en la facultad en una hora, y yo en Ezeiza en dos. Conociéndonos, no había mucho tiempo para fiaca.

—Lor, nos tenemos que levantar, vas a llegar tarde a la facu sino—mi tono de voz era suave, una parte de mi no quería despertarla, quería que nos quedemos así toda la vida.

—Ahí voy—renegó ella con pocas ganas de moverse, hasta que abrió bien los ojos y salió de la cama casi inmediatamente.

Y ahí está, menos de un día desde que nos arreglamos y ya la cagué !!! Soy un capo !!!

Uy perdoname, no sabía que estábamos en esa posición, seguro te re aplasté—se apuró a decir antes de correr al baño donde tenía todas sus cosas.

Una vez que se había ido, agarré una almohada, me tapé la cabeza con ella, y apacigüé un grito de frustración. Luego de ese descargo, me cambié con la ropa de la selección y salí al living, encontrándome con mis tres amigos en la cocina.

—¿Cómo puede ser que nunca tengas nada para desayunar en esta bendita casa?—me reclamó Lorna, sacándome una sonrisa.

Si es porque dormimos juntos la noche anterior, ojalá despertarme todas las mañanas con sus reclamos. Soy capaz de quedarme sin comida todos los días.

—No sé, para mí la heladera se come toda la comida—me reí medio haciéndome el boludo—. Vamos que en el camino pasamos por un Starbucks y listo.

—No puede ser que no tengas ni un huevo en tu heladera pero tengas plata para desayunar en Starbucks donde los precios están más inflados que un globo, verdaderamente sos un hijo de puta—me burló Valentín.

—Como si vos no tuvieras comida en tu heladera nada más porque te cocina tu mamá, gil de goma—le retrucó Matías—. Vayamos yendo, dale, que sino vamos a llegar todos re tarde.

Y dicho y hecho, al rato ya estábamos los cuatro en el auto camino al centro. La música, como siempre, la puso Matías; así que no fue para nada raro empezar a escuchar "Feliz Cumpleaños Ferxxo" de Feid. Acá, el que no se levanta es porque no quiere.

—Nunca algo un poco más tranqui, ni siquiera para empezar la mañana, ¿no Matu?—medio bromeó Lorna.

—Es que algunos nos levantamos temprano en vez de quedarnos dormidos arriba de nuestros mejores amigos, Lorni—replicó Matías ganándose una mirada asesina mía a través del espejo retrovisor—. Además, nunca es mal momento para escuchar a Fercho, boba.

pep-talk; FEDERICO REDONDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora