No llores, bebé.

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Haerin caminaba mientras pensaba. El chirrido ya avisó la salida, y fue corriendo a tomar su mochila sin despedirse de sus dos amigas, partiendo en el sendero hacia su hogar totalmente sola, sin compañía de su alfa y su olor protector que la calmaba. Suspiró apretando las tiras entre sus dedos, supone que ahora se le hacía algo pesada.

Miraba a sus pies andar, teniendo como opción tal vez toparse con una persona por no fijarase por donde iba. Pero es que cuando la omega se hallaba triste lo demostraba, no era de esas personas que para evitarse preguntas fingían una actitud que no correspondían a su ánimo, todo lo contrario, Haerin se demostraba como se sentía.

Y ella ahora se sentía triste, triste porque puede ayudar a Danielle, porque puede que Wonyoung tenga razón y sea una malagradecida al tan simple hecho de no entregarse en el celo de su alfa.

Aunque Haerin sepa que Danielle siempre la estaría cuidando sin nada a cambio, le salvaría cuando este en su peor estado de ánimo y le asegurara que el amor que su alfa le entrega es leal y sincero, se encontraba inoportuna.

Sabía que era su destinada, su omega ronroneaba al presenciar a la alfa de la castaña además que el aroma se había hecho una parte de ella en su día a día y por ello no se quería separar de su novia por mucho tiempo. Sus padres le comentaron que los destinados se quieren, asi el otro cometan errores, la atracción persistirá.

Danielle y ella no hablaron de sus sensaciones como alfa-omega ya que lo supieron desde que se vieron por primera vez.

De repente, Haerin se encontraba en la entrada de su hogar, y pensó que tal vez hubiera sido el momento donde la castaña le diera un beso pregonándole el amor puro que protegía por ella. Tomó una bocanada de aire negando la cabeza y allanando los labios, se permitió descolocar un poco la mochila rebuscando en sus bolsillos y meter al fin la llave a la cerradura.

Al entrar se encontró a Lisa y a Jenni viendo tranquilamente una película.

Ignorando a la pareja, la castaña pasó de largo sin disimulo alguno y se encerró en su habitación para pensar, sin embargo el aroma de Haerin era notoria para el olfato de su hermana mayor, que ni bien lo sintió salió del pecho de Lisa y miró hacia las escaleras con desesperación, exaltando a su novia.


La pelinegra acomodó un semblante confundido.


─¿Que pasa? ─le pregunta Lisa al vislumbrar a su omega olisquear con más profundidad los lados.─. Jen, me estás asustando.


─Es Hae, parece estar triste─dice temblando un poco, ella era muy sensible con las feromonas de su familia. A diferencia del resto, los Kang podían sentir su aroma entre ellos desde lejos y más cuando son cercanos y acostumbrados desde pequeños a reconocerse.─. Espera, Lis, ahora vuelvo.

Danielle gruñía mientras su mano apretaba su miembro, ésta vez su alfa se hallaba en descontrol y buscaba el olor de su omega, por ello acabó rechazando la oferta de su padre en dejarla con la hija de una vecina Kim para calmar su celo a pesar de su negación. Cuando ni bien él la dejo entrar la castaña tiro arcadas de disgusto al oler las feromonas de la muchacha.

Repudió que el aroma de la chica no fuera el de Haerin, y su padre comprendió que iba a atacar de forma agreste si no sacaba a su invitada del lugar.

Bajo y subió los dedos en estado de excitación, era su única manera de poder autocomplacerse por el momento, y le dolía hacerlo, pasar el celo sola era lo más fatal que le puede ocurrir a una alfa, sin embargo a Danielle no le importaba, con tal de esperar a Haerin ella no iba a quejarse de los dolores o malestares que ocurran. Porque siempre será asi, protegerá a quien más ama en el mundo.

Sotf sex DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora