prólogo.

85 11 1
                                    


¿Cómo se puede ser tan tonto?, ya al punto que voy no hay marcha atrás, mí corazón malicioso no siente culpa, ver a su familia llorando, a todos preocupados me afecta en lo mínimo, reducido a nada.

Ya la búsqueda termino y dieron por desaparecido, concluido como una perdida de tiempo.

—oiga, caballero ¿Puede acompañarnos unos instantes? —mire al oficial de policía con indiferencia y lo acompañe hasta la comisaría como habíamos acordado.

—¿Que quiere de mí?, sé cómo mucho lo mismo que los demás —mís labios se movían sin prisa, sin miedo, descarados con ganas de soltar una risita.

—Tengo entendido que la ____________ habia estado con usted con recurrencia.

—si bueno, soy el mejor __________________________ ¿Que esperaba? —nuestros ojos negros chocan, para nada está contento, aún así es la verdad.

—si, ciertamente tenía una cierta cercanía hacia ustedes, lamento todas las molestias en serio... —las arrugas de su frente estaban marcadas, con una melena gruesa plateada casi como las esposas que tenía en el bolsillo de su pantalones negros y gastados, aún así esa falsa despedida me hizo pensar en que quizás no sea la última vez que lo vea.

...

...

....

Nuevamente me voy a fumar un cigarrillo cerca de la orilla del rio, el tiempo ha comenzado a humedecer se, el aliento se convierte en una capa espesa de humo. La corriente marcha agresiva como siempre entre estas fechas. Una imagen de aquellas sábanas rojas vienen a mí cerebro, como suplicaba.

Sonrío hacia mis adentros.

Para cuándo te encuentren tú cuerpo estará en pedazos por todo el continente, como mucho tú cabeza se salvará.

—¿Que haces ahí solo Sasuke?...

Choco con sus ojos, aquellos que antes me robaban suspiros.

—Pensando...

🫀Memorias de un obsesivo 🍸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora