Parte 28

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Un día, de niño, leyendo sobre historias de amor, me dije: "quiero uno igual, hermoso, perfecto y mío". Ahora, te veo y me pregunto: ¿Eres tú mi amor?... No, no lo eres, no crees en nada. Sinembargo, algo en mi interior me grita: ¡Disfrútalo! ¡Poséelo! ¡Devóralo!... Solo será un segundode tu vida... Después la realidad será implacable.



—Jimin, yo no quiero que te enamores de mí, porque yo no lo haré —su dura sentencia me volvió ala realidad.



Pobre niño tonto...


—Eso quedó establecido desde un principio.


—Lo que deseo es que aprendas a conocerte por dentro, eres un hombre hermoso, talentoso, y parami fortuna durante este tiempo, eres solo mío...


Lo besé callándolo, no quería que hablara de un final, sabía que iba a suceder. Lo nuestro tenía fechade caducidad, era como saber que algún día te vas a morir. Lo besé suave sin importar que sus labiosestuvieron fijos y tensos por unos minutos, mi mano se aferró a su nuca atrayendo más su cara a míy empujando mis caderas contra las suyas, haciéndolo sisear.


—Es mi fantasía, Jungkook —murmuré con mis labios pegados a los suyos.


Su amarre se hizo más fuerte, lo besé sin prisa como él me había besado, ejerciendo más y máspresión hasta que lo sentí dar un pequeño gruñido, fue su lengua la que entró sin ceremonias a miboca, luchando contra la mía en un juego donde era él quien sabía cómo jugarlo.


Un arranque frenético de pasión nos envolvió a los dos aislando el frío y la dureza del oleaje. Losbesos se tornaron más fuertes, más salvajes, empecé a recorrer con mi lengua cada recoveco de suboca. Estaba excitado y poseído, mi cuerpo palpitaba, el deseo recorriendo cada una de misterminaciones nerviosas, necesitaba más, quería más.



Algún día entre mis letras y mundos de fantasía, quizás pudiera exorcizarlo de mi cabeza y de micuerpo, pero en este momento no... Hoy quería ser egoísta.


Embestí mis caderas y él me suspendió aún más, bajando sus labios por mi cuello, succionandoapasionadamente.



Quizás, algún día, entienda que solo fue un sueño.


Oleadas de placer invadieron todo mi cuerpo, mientras Jungkook seguía con su camino imaginario,siseando entrecortado hasta atrapar uno de mis pezones con su boca y succionarlos como si fueseun niño. Deslicé mis dedos por sus cabellos húmedos, halando ante la intensidad de la sensaciónque albergaba mi cuerpo al sentir su ardiente lengua rozar mi pezón.



—Kook... —jadeé cuando mordió mi pezón, su abrazo se hizo más fuerte, mientras su mano libredescendía por mi trasero hasta tocar mi entrada. —¡Jungkook! —grité, cerrando los ojos cuandointrodujo uno de sus dedos en mi interior.

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