Un ser querido Parte 1

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Hmm textos antiguos...–.
El susurro de Hera salió a la luz para los más cercanos en el momento en que ella se acercó a lo que parecía ser una antigua estatua.

–Esto...¿No es uno de los templos de Atenea?–. Su capitana Diana comentó al ver lo que parecía ser otra estatua dañada.

–No sabía que los locales le tuvieran tanto odio a la diosa–. Comento Kafka al final del templo.

–No fueron los locales–. Dijo Bell captando la atención de las chicas y la diosa.

–¿A qué te refieres?–. Le preguntó Hera acercándose a él. Cuando ya estaba a su lado, Hera volteo a mirar hacia donde miraba Bell.
La pared estaba tallada en rasguños de garras anormalmente grande. También se veía cambio de piel tiradas por ahí en el suelo.
–No puede ser...¿Todavía está viva?–. Hera se preguntó mentalmente tratando de entender pero ya lo haría después.
–¡Chicas estén alerta! Hay algo rondando por aquí–.

Sin preguntar o dudar, cada una de las 10 miembros de élite aquí dentro desenfundó su arma, ya sea daga, arco o espada.

Por su parte Bell solo se quedó mirando el fondo del único pasillo al que no le llegaba la luz. Sus aumentados ojos podían ver perfectamente a través de la oscuridad sin ningún problema.

Justamente en la oscuridad, había una extraña combinación entre una hermosa mujer y una serpiente.
Sus reflejos y opacos ojos morados. Con su vista, Bell podía verse reflejado en ellos.

Pero además de ver se reflejado, también sentía como irradiaban un intenso odio hacia él.
–¿Te molesta que esté aquí? Bueno más bien que estemos aquí?– La atención de las demás cayó sobre Bell.
Hera que estaba a su lado lo miro curiosa y un poco fuera de lugar.
Pero cambió su mirada y miro donde el chico miraba.

–¿Hay algo ahí?– preguntó extrañada, debido a que el pasillo era demasiado oscuro ella no podía ver mucho.

–Dime ¿te gustaría salir de esta cueva? Explorar el mundo exterior, hacer lo que no pudiste hacer–. Con un paso en horizontal Bell se colocó en frente de Hera. –Tranquila, las demás no harán nada. Solo seremos tu y yo ¿Te parece?–.
Bell le hizo señas a las chicas para que los dejarán.

Ellas acataron la orden y se fueron, con Diana y Alfia escoltando a la diosa.

Unos momentos después el templo arruinado quedó en silencio, no había nada más que solo la presencia de los dos seres.

Con las manos a una altura casi del pecho Bell dio dos pasos hacia la entrada del oscuro pasillo.
–No quiero hacerte daño, solo quiero darte una oportunidad. La oportunidad que perdiste hace siglos–. Se agachó justo en la parte en la que ya la luz y la oscuridad realizaban una división de dominios.

–Te prometo que nadie más volverá a lastimarte y tampoco tendrás que vivir atada a ninguna regla o a alguien. Podrás ser tú misma–.
Una sonrisa amable y sin ningún tipo de doble intención se reflejó en los labios del albino cuando el ser en la oscuridad pareció moverse un poco fuera lugar donde estaba reposando.

"Si, jeje funcionó tal y como tú dijiste..." pensó recordando a una mujer de cabello morado.
El ser que ya hacía en la oscuridad se acercó a él arrastrando su cola, mientras más cerca estaba. Más se dio cuenta Bell de lo alto que era el híbrido.

Tuvo que ponerse nuevamente de pie y recto para comprobar que tal alto era.
Si el podía medir 1.70 CM de altura.
La mujer frente a el en estos momentos era demasiado, podría decirse que casi los 2 metros de altura, o si no más.

Una sonrisa nerviosa apareció en su rostro, la mujer más alta con ayuda de su cola, mostró una pequeña sonrisa, sonrisa la cual fue ocultada cuando se inclinó un poco a la derecha, su cabello morado cayendo sobre gran parte de su cara.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2024 ⏰

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