Choi Yeonjun 22 años
Choi Beomgyu 13 años
La secundaria es una fase de la vida por la que muchos nos avergonzamos, muchos nos enamoramos de personas que no valían la pena.
Pero en esta etapa Beomgyu entendió el decir malas palabras y tener un mal comportamiento era lo que te hacía destacar y ser el centro de atención entre los demás.
Beomgyu fácilmente se volvió popular, al parecer otro detalle que le gustaba a los demás era quien obtenía calificaciones bajas, normalmente quien siempre entregaba tareas y tenía notas perfectas era odiado, pero quien era todo lo contrario resultaba aclamado.
El chico aprendió a dominar todo esto a la perfección, sin embargo, su objetivo no era enamorar a todos y ser amigo de todos, su único objetivo era Choi Yeonjun, pero él parecía inmune a este tipo de cosas.
Aún recuerda cuando su hyung tenía su edad, él solía hablar con palabras vulgares y tenía muchos amigos por ello, pero dejó de hacerlo frente a él, aun que aun, algunas veces, lo escuchaba decir ese tipo de palabras cuando estaba con sus amigos, siempre cuidando que no lo escuchara, porque él nunca las repetía frente al menor.
Sin embargo, esa forma de verse más rudo y mayor era la solución del menor para lograr su objetivo, lamentablemente para Yeonjun era algo incomodo, odiaba escuchar esas palabras salir de la boca de su pequeño.
—Por favor deja de decir eso o esta vez si se lo diré a tu mamá—esa advertencia ya era insignificante para el menor.
A su hyung le faltaba carácter cuando se trataba de él.
—Yo solo digo la verdad—murmuro una vez más—. ¿Quién carajos se cree para ponerse mi puto suéter?
—Beomgyu—lo llamó en tono de advertencia una vez más.
—Al menos, el desgraciado debería haberme preguntado—se quejó—. Así le hubiera dicho que se fuera a la mierda.
Beomgyu acababa de salir de clases, Yeonjun fue quien pasó a recogerlo y la directora personalmente le habló del incidente.
El menor había golpeado a uno de sus amigos, la excusa fue que tomó su suéter, la mujer le entregó la prenda y cuando Yeonjun la vio, entendió de qué se trataba.
Él se lo había regalado, desde hace algún tiempo no dejaba de tomarlo, era su suéter favorito, pero al ver que a Beomgyu le gustaba más decidió dárselo.
Ese día casi muere de ternura al ver su expresión, el sonrojo del pequeño era evidente e intentaba ocultar su sonrisa, incluso lucía demasiado tímido y lo más extraño es que prácticamente se había quedado sin palabras.
Al llegar la noche cuando su mamá llegó a recogerlo hizo una pregunta que desconcertó al mayor
—¿Ya te gusto hyung? —fue casi un susurro.
No le dio ni tiempo de pensar en algo, pues el chico salió corriendo, marchándose de su casa.
Para Beomgyu cuando alguien regala o presta un suéter significaba que esa persona te gustaba.
O al menos eso veía en su escuela.
Para el chico esa prenda era preciada, por ello inició el conflicto.
Uno de sus amigos la tomó y simplemente se la puso, cuando se la pidió de regreso se negó creyendo que era un juego, fue entonces cuando no soportó más y le dio un golpe exigiendo su suéter.
Todo eso ocasionó una pelea, la cual terminó con un castigo para ambos y Yeonjun asistiendo a la escuela de Beomgyu para arreglar el problema.
—¿Se lo dirás a mi mamá? —pregunto con cierto miedo.
—Tengo que hacerlo—ambos caminaban hasta la casa del menor.
—Por favor no hyung—el pequeño lo tomó de la mano y sus palabras fueron iguales a la súplica de un niño.
Lamentablemente Yeonjun tenía una gran debilidad hacia él, especialmente cuando hacía esa voz.
—Está bien—accedió—. Pero no vuelvas a hacerlo.
Estaba claro que Beomgyu sabía de esa debilidad.
Caminaron un rato más hasta llegar a aquella casa y una vez adentro, Beomgyu corrió al sofá para después poner la película que no terminaron de ver la última vez, Yeonjun lo siguió acostándose al lado él.
Se culpaba así mismo por la actitud de Beomgyu, no lucía ni un poco arrepentido, todo lo contrario, parecía orgulloso, la mitad de todo era su culpa, lo mimaba demasiado, lo sobreprotegía y elevaba su ego al mil por ciento.
Pero que más podia hacer.
Siempre lo había querido demasiado.
Tal como a un hermano menor.
—Haces esto porque te gusto, ¿verdad? —la voz del menor lo sacó de sus pensamientos.
—Ya te dije que dejes de decir eso—se quejó—. La gente puede malinterpretarlo.
—Nadie malinterpreta el amor—se lanzó a abrazarlo con una sonrisa.
Su cuerpo ahora estaba sobre él de su hyung, lo abrazaba con tanto cariño e inocencia que esa imagen contrastaba tanto con la de chico malo que pretendía ser frente a otros.
—Beomgyu soy 10 años mayor que tú—las mismas palabras salían de su boca—. Entiéndelo.
—¡Son soló 9! —grito aferrándose más a él—. ¡Entiéndelo!
Yeonjun solo pudo reír y abrazarlo con la misma fuerza, haciendo igual de feliz a su pequeño.
Y_E_O_N_G_Y_U
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~¡SON SÓLO EXTRAS! ~ - YeonGyu -
FanfictionExtras de ¡Son sólo 9! Historia secundaria No acepto adaptaciones ni traducciones a ningún idioma. Y_E_O_N_G_Y_U.