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Beomgyu 12 años
Yeonjun 21 años
Nota: Cumpleaños número 12 de Beomgyu.
Es imposible no emocionarse unos días antes de tu cumpleaños.
Sin importar la edad que tengas, un cumpleaños con regalos, amigos y familia siempre será algo que esperes con ansias.
Choi Beomgyu estaba muy emocionado, faltaba solo un día para su cumpleaños.
Había invitado a todos sus amigos de la escuela y sus padres tenían planeada una gran fiesta con muchos regalos, al ser hijo único recibía todo el amor.
El único problema es que un Yeonjun de 21 años estaba muy ocupado con su universidad, estaba lleno de tareas complejas y largas que tenían un muy corto tiempo de entrega, el menor era muy consciente de ello, por eso cuando su madre le dijo que fuera más comprensivo con Yeonjun y no lo culpara sino podía ir a su cumpleaños el lo asimilo todo.
Sin embargo, Yeonjun le hizo una promesa.
—No faltare a tu cumpleaños—había notado sus preocupaciones—. Jamás faltaría.
Beomgyu estaba muy inseguro aun, ya había roto promesas antes por estar ocupado.
—Está bien, no importa si no vienes, yo lo entiendo hyung—la decepción estaba en su voz.
—No Beomgyu, no faltare—dijo muy serio—. Es una promesa.
Él realmente creía en su palabra, tenía tantas esperanzas de verlo ahí y confesar sus sentimientos.
Después de todo, nadie rechaza al cumpleañero.
Durante la noche ni siquiera pudo dormir, estaba tan emocionado que conciliar el sueño le era imposible, aun así, a la mañana siguiente no parecía afectarle, porque mucho antes de que la alarma sonará ya estaba despierto arreglándose para empezar el día.
Era sábado, así que no iría a la escuela, por ello solo se preocuparía por su fiesta de cumpleaños. Junto a sus padres preparó todo, desde inflar los globos hasta probar el glaseado del pastel y poner serpentinas.
Todo estaba saliendo a la perfección, solo faltaban pequeños detalles, cuando de pronto la lluvia comenzó, no se preocuparon realmente por ello, los niños podían jugar adentro, después comenzaron los relámpagos y truenos, tampoco fue una gran preocupación, pero en cuanto la lluvia se disparó volviéndose una tormenta Beomgyu quería llorar.
Sus padres lo consolaban diciendo que no se preocupara, que pronto pararía y sus amigos llegarían.
Todo estaba listo, pero ningún invitado se aparecía, pasaron dos y luego tres horas y nada.
