Fragmentado [Nikto & O.C]

Capítulo 1

Narra Alina

Desperté gracias a que sentí los besos de André en mi cuello, dibuje una sonrisa y me moví en la cama. Giré a verlo.

— Buenos días - susurró -

Se acercó a besarme.

— ¿Despertaste con energía?

— Demasiado - respondió colocándose en medio de mis piernas - y considera hablarme más con respeto, soy tu teniente ahora.

— Por dios - giré mis ojos -

— Hey - sentí el ardor de mi glúteo izquierdo cuando me dio la nalgada - no le gires los ojos a tu teniente.

— André - sonreí - ayer te subieron de puesto ¿Te vas a aprovechar de eso, verdad?

— Sí - asintió - anoche no basto mucho la celebración.

— ¿No te cansas?

— No - negó - sabes que tengo demasiada energía.

— Y eso me encanta - reí - pero debemos de alistarnos para el trabajo.

— Mañana descansamos.

— Exacto, en la noche te tendré una sorpresa.

— Hmmm ¿Eso significa mucho sexo?

— Sí - asentí -

— Perfecto.

Dejo un beso sobre mis labios y se puso de pie, lo vi caminar al baño y segundos después abrir la llave de la regadera.

André y yo llevamos cinco años de relación, los dos entramos al mismo tiempo al ejército,  los dos pertenecemos a un grupo de contratistas y él es parte de las fuerzas especiales, le dieron su cargo como teniente ya que es uno de los mejores soldados.

Estaba en el gimnasio haciendo ejercicio, el lugar estaba solo, gracias al cielo y al frío. Estaba en uno de los aparatos, abducción y aducción, estaba sentada y concentrada en el ejercicio que no me di cuenta que habían entrado al gimnasio, me sobre salte al sentir unas manos en mi torso.

— André - me queje -

— Creí que estarías ya en el campo.

— Sabes que primero vengo aquí.

— Sin mí - alzó una ceja - para que otros idiotas te vean entrenar ¿Verdad?

— Sí, claro - giré mis ojos -

— Hey - sentí como hacía presión con sus dedos en mi muslo provocando que me quejara - te he dicho que no me gires esos ojitos así.

— André... André... Para - me queje - no lo volveré a hacer.

— Más te vale - retiro su mano y bajo su mirada a mis piernas para después sonreír ampliamente - como me encantaría tener mi cabeza ahí en medio.

— André.

— Diez minutos en el baño - me miró suplicando - es el tiempo que haces de cardio, yo te lo haré pasar mejor.

Ni siquiera me dejó responder cuando ya me tenía tomada de la mano y caminando a los baños del gimnasio. Al entrar al cubículo me hizo darle la espalda, sentí como bajo mis leggings para después entrar en mí, tenía que morder mis labios para evitar dejar escuchar algún gemido o jadeo.

Durante la tarde estuve en entrenamiento y en algunas tareas que me habían asignado, André tuvo algunas juntas y ya por la noche estabamos yendo a uno de los bares junto a unos colegas, vamos a festejar el ascenso de André , sé que él está demasiado feliz por eso y ni hablar de su ego que creció mucho más que antes.