Me fuí de ahí aliviada y entré a mi casa, sentí un sueño enorme, fuí a mi habitación y me acosté, estaba intentando dormir y en eso sentí mi celular sonar, ¿Quién me estará llamando a esta hora?, contesté.
-¡Marie!
-Dime Susan.
-Amiga, necesito ayuda, perdón por la hora pero hay un chico borracho afuera de mi casa diciendo tu nombre entre risas, necesito que vengas urgente.
-Susan, no puedo, es medianoche y además mi mamá me prohibió salir de casa el fin de semana.
-Oye, es en serio, me está dando miedo, Marie por favor.
-Está bien, adiós.
Me coloqué un buzo y un polerón, salí lo más discretamente, cogí un taxi y me fuí, al llegar le dije al conductor que me esperara. No podía creerlo, era Chris, estaba gritando en la parte de afuera de la casa de Susan, caminé con rabia y le avisé a Susan (que estaba mirando por la ventana) que ya estaba ahí, ella salió.
-¿Acaso no podías ir a hacer tus escenitas a otro lugar?, si hubiera sabido que eras un borracho nunca habría aceptado ser tu novia.
-¿Qué?.-dijo Susan.
-El mundo es un pañuelo.
Chris había aferrado sus brazos a mis tobillos.
-Marie, se mia.-dijo Chris muy borracho.
-Déjate, borracho enfermo.-le pegué con mi rodilla en su cara.
-No.-se largó a llorar.
-Dios mio, Marie, saca a ese gusano de aquí.
-CHRISTIAN SUELTA MIS PIERNAS, SI NO LO HACES TERMINAMOS.
el sacó lentamente sus brazos y miró hacia el suelo, le cogí la mano y lo metí al taxi.
-Espereme un momento.-le dije al conductor.
Fuí donde Susan y la abracé.
-Perdón, está loco.
-Ya me di cuenta, te quiero, adiós.
-Adiós Sussy.
Me subí al taxi con Chris dentro, le di mi dirección al chofer y nos fuímos. En eso veo que la mano de Chris se acerca a mi pierna, le pegué muy fuerte en la mano y el se calmó. Al llegar a mi casa, traté de entrar con Chris sigilosamente, lo conduje a el cuarto de alojados y lo dejé acostado ahí, él se durmió inmediátamente y yo me quedé ahí, con tanto lío ya no tenía sueño, observaba su rostro dormido, se veía tan bello, con su tez blanca y sus ojos cerrados. Si mi madre lo ve ahí le da un infarto.
Fuí a la cocina y calenté una comida que estaba en el horno. Comí, miré televisión e hice más cosas, luego de unas 3 horas revoloteando sola, sentí que alguien entraba a la cocina
-¿Qué hago aquí?.-dijo un Chris trasnochado.
-Si no lo recuerdas, en la madrugada estabas afuera de la casa de mi amiga gritando como un desquiciado.
-Oh, ¿hablas en serio?, no recuerdo nada.
-¡Ja! sí, claro.
-Oye, disculpame.
-Pero Chr...-no pude seguir hablando por que Chris se acercaba a mis labios y me dió un beso muy largo.
-Con eso me callas.-dije.
-Te quiero.
-A la otra que te vea en esas condiciones te juro que...
-¿Qué?.
-Te juro que no te hablo ni te beso, ni te abrazo, ni nada por un mes.
-Uh, no creo que pueda vivir sin eso, nunca más, en serio.
-Bueno.-le di un besito en la frente.
-Y gracias por haberme traido a tu casa.
-Está bien, pero ahora tienes que irte, lo siento pero mi madre se enfadará
-Un ratito.
-Chris.
-Bueno, en todo caso, mis padres deben estar preocupados, cuidate amor.
-Adios bebé.
Él iba saliendo por la puerta de la cocina cuando de repente se dió la vuelta.
-¿Hoy no nos vamos a ver?
-Mi madre me prohibió salir de casa hoy y mañana.
Con su dedo simuló una lágrima cayendo sobre su mejilla e hizo un puchero, me lanzó un beso y se fué.
Fuí a despertar a mamá y nos sentamos a desayunar en el comedor.
-Yo creo que ya es tiempo de que yo valla a trabajar, he faltado al trabajo varios días.
Asentí con la cabeza.
-Odio cuando trabajas.
-¿Por qué, hija?
-Por que casi no pasas tiempo conmigo.
-Lo siento Marie, pero debo hacerlo.
Volví a asentir de forma triste.
-Y tú debes ir al colegio.-agregó.
-Claro.
-Mañana volveré al trabajo.
-Bueno.
Sábado y Domingo fueron los días más aburridos que una chica de 16 años pudo haber tenido.
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Secuestrada
RomanceMarie es una chica de dieciséis años, ella vive con su madre y su pequeña hermana de cinco años, Rossie. Su vida es bastante normal hasta que un día a Marie la secuestran lo que hará que su vida cambie completamente...