capítulo 23

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-¿Cómo es posible que me hayas arruinado la vida de tal manera?.-le dije a Acacia apenas la ví.
-Eres lo peor, sinceramente...¿no te sentías mal estando con el novio de tu mejor amiga?
-¡No te metas en mi vida, sólo eres mi prima!
Caminé hacia el living y saludé a mi mamá con la mano, subí a mi habitación y me quité toda la ropa, solamente me vestí con un vestido floreado y de una tela muy delgada, hacía un calor enorme.
Me recosté en mi cama con un cansancio enorme y de pronto suena mi teléfono, veo el número y es Chris...
-Nunca pensé que me hubieses dejado por John.
-Chris...lo siento...yo...
-No, tranquila pero, ¿te digo algo?
-¿Qué pasa?
-Creo que merezco algo mejor que alguien como tú.
-Pues búscala, te deseo lo mejor.
Colgó.
Conecté el parlante con mi celular y puse la música a máimo volumen.
-¡Baja esa mierda!.-Escuché de lejos a Acacia.
No lo hice.
De repente veo que la ventana de mi habitación se abre y aparece John.
-¿Qué haces?.-dije sin expresión.
-No lo aguantaba.
-John, hace una hora estuvimos juntos.
-No es suficiente para mi.
-Espera...¿qué haces?
Me empujó a la cama y comenzó a besarme.
-John para.
-¿Por qué?.-miré sus ojos verdes.
No dije nada y se recostó a mi lado.
Me retorcí un poco, estaba mareada y tenía unas náuseas horribles.
-John...¡no puedo!...-corrí al baño y vomité mucho.
-¿Qué pasa, pequeña?, ¿estás bien?
-Sí, no es nada, ya pasó.
Escuché unos pasos subiendo la escalera.
-¡Amor escondete!
-¿D-dónde?
-No sé...¡Ve a la ducha!
Se encerró en la cabina y cerró las cortinas.
-Marie, ¿estás bien?.-mi mamá.
-Sí.
-Déjame entrar.
-¿Para qué?...estoy bien mamá, solo necesitaba venir al baño.
Escuché que mi mamá tiraba fuertemente de la puerta hasta abrirla.
-¡Mira cuánto vómito!, ¿qué has comido, niña?
-No sé mamá, solo me sentía mal y ya.
-Debo limpiar el piso, ¿dónde quedó el trapo?
-En la du...¡No!, yo limpio el piso mamá.
-Hija, estás débil, yo lo haré.
-No, como se te ocurre, yo ensucié y entonces yo debo limpiar.
-Está bien.
-Pues vete.
-Joder, que ánimo.
La miré con cara de pocos amigos y por fín se fué dejando abierta la puerta, la cerré con poca fuerza y abrí las cortinas de la ducha para que John saliera.
-Estuvo cerca.-dijo sudando.
-Sí, uf.
-Déjame decirte que te ves hermosa vestida así.
-Gracias, tú también te ves guapísimo, amor.
Me dió un gran beso aún con sabor a vómito. Dios, que asco.
-Bueno amor, me voy, te adoro y te llamaré para saber como estás, ¿bueno?
-Okay, te amo mucho.
Escapó nuevamente por la ventana y desapareció.

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