Capítulo 29: Las mareas del cambio.

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Saludos a todos otra vez!.

Acá EX-T88 listo para traerles el tan esperado capítulo de esta gran historia.

Primero que nada, pido perdón por haber tardado tanto en traer esta siguiente parte; varias cosas han pasado el año anterior, así como comenzar un nuevo fanfic que ya muchos se estaban esperando. Pero lo bueno es que acá ya les tengo listo esta siguiente parte que ya era hora de que continuara.

Así que no demoremos más y empecemos con lo que de verdad importa.

Espero que lo disfruten tanto como yo el haberlo escrito, no vemos abajo, y.... ¡¡¡GOZENLA!!! XD

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Las alarmas continuaron resonaron por casi toda la isla, alertando así a cada soldado o trabajador sobre el peligro que se avecinaba. Con ello, la línea defensiva ya se había establecido con la suficiente rapidez para recibir a cualquier cosa que se atreviera a salir de las aguas; en este caso, un grupo de enormes seres casi el doble del tamaño de un humano, y portando armas que podrían dar vuelta un auto pequeño si se golpeaba con la suficiente fuerza.
Pero encabezando a dicho grupo yacía un Oryark que destacaba de los demás; no sólo porque el color de sus partes oscuras que eran un tanto más claras por la edad, sino que también todo su cuerpo disponía de una gran variedad de cicatrices de guerra, sobre todo una que le recorría todo el torso en su lado izquierdo en forma de medialuna, como si una enorme bestia lo hubiera atrapado en sus fauces y de alguna forma lograra salvarse, además de unas prendas color marrón que aparentaban estar compuestas de alguna especie de seda.

Este le dedicó una larga mirada al lugar en construcción, así como las máquinas esparcidas por varios lugares, y por último a los extraños seres que ahora se encontraban a la distancia detrás de diferentes barricadas estrategicamente posicionadas, y algunas improvisadas, los mismos que navegaban en esos inmensos barcos y los 'ayudaron' a combatir sus terribles enemigos. Sin embargo, no era un tonto como para no darse cuenta de que estos estaban a la defensiva, esperando un posible ataque suyo. Lejos de sentirse desafiado de algún modo, una pequeña sonrisa apareció en la comisura de su boca ante la anticipación de un combate por los soldados de la F.U.T, siendo eso por lo que se le hacía una idea de a quienes tenía en frente.

Acto seguido, dándole una rápida orden a sus guerreros el aparente líder dio unos pasos más cerca a la entrada de la base, observando así como ahora la mayoría de las armas estaban apuntando hacia su cabeza. Luego, con una fuerte voz el antropomórfico comenzó a hablar en un idioma que ninguno de los humanos pudo entender, pero sonando levemente parecido a una combinación de algunos. Sin embargo, cuando el aparente veterano terminó de hablar frente a todos, un enorme silencio se hizo entorno al panorama, viendo nada más como cada soldado como mucho intercambiaban una fugas mirada.

No obstante, al cabo de unos largos dos minutos, el gran Oryark estuvo por volver a hablar, pero otra voz más fuerte sonó, amplificada por algunos altavoces situados en la parte trasera en uno de los vehículos militares.

"¡Lo sentimos, pero no hablamos tu idioma....!", esto por un momento sorprendió un poco al grupo de cetáceos, mas no los alteró demasiado, pues era algo que el líder ya se esperaba, por lo que algunos de sus guerreros le informaron.

Así que aclarándose la voz una vez más, el Oryark procedió a hablar otra vez, pero no de la forma esperada por la facción contraria.

"¡Soy el Cacique Mon Tar'Keran, y solicito una audiencia con su líder!", en eso exclamó el antropomórfico para la sorpresa de cada soldado, volviendo así a generarse un profundo silencio.

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Mientras tanto, desde la lejanía la escena era presenciada desde los enormes navíos Destroyer Dreadnought, más específico; en el puente desde una pantalla donde ahora el capitán a cargo trataba de pensar si esto era algo bueno, o MUY malo. Pará colmo, no tomó mucho tiempo para que una llamada de tierra se produjera desde el mismo comunicador del susodicho oficial, generando un suspiro por parte de este mismo, además de llevarse una mano al rostro mientras contestaba a regañadientes.

El gran viaje. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora