•21•

13 2 0
                                    

Rendall.

Estoy en modo insoportable, solo son unos minutos para estar en la biblioteca con Ethan, y nose me quita la cabeza que me ayudo cuando caí al suelo.

Pero tampoco se me olvida lo grosero que es conmigo, aún me arde el hecho que me corrió de su casa.

—A este punto la Rendall amargada, estuviera ofendiendo a todos—Leo mete un bocadillo de pan a la boca—Hubiera preferido morir en vez de saber quien te ayudó.

Es cierto, Leo te analiza completó desde tú actitud, hasta los cambios repentinos de tú vida, un nerdsito después de todo.

—Cierra la boca Leo—estoy que no me aguantó yo misma.

Tomo la botella que tengo para beber mi agua.

—Uh-huh—se queja y vuelve hablar—Te atrae Ethan.

Escupo mi agua, pero esta loco.

—¡¿De dónde sacas tantas estupideces?!—le reclamó.

—Del odio nace el amor—se levanta.

—Alucinas demasiado, como es posible que te pase esa idea por la cabeza.—jamás podría enamorarme y menos de él.

—Tengo que ir a clase, Melissa me espera.—acomoda su mochila.

—Ve, igual tengo que ir al infierno.—le digo.

Antes de irse hace un chillido.—¡Te pusistes el brazalete!—me abraza—Genial, por un momento creí que te lo quitarías.

—Y pensantes bien—miento—Da igual se ve bien en mí.

—Te conozco, se que te encanto, conozco tus gustos—extiende su mano dándome el pedazo de pan que le sobra.

—No me conoces.

—Por cierto, habla con Melissa deberían recuperar su amistad.

—Luego.—respondo.

Leo se va, metiéndose por el pasillo, tal vez lo de hablar con Melissa tenga razón.

Pero si hablamos de amistad, se perdió hace mucho y no por ella, fue por mí, decidí alejarme de todos y de Leo; Ambos se empeñaron en seguir conmigo apesar de lo cruel y arrogante que fui con ellos.

Si hay algo que me arrepienta es alejarme de ellos y no por obligación, fue por mi propia decisión. Una parte de mi se alegra que nunca se hayan ido de mi lado, apesar del mal trató.

Tocan el timbre y eso anuncia que debo ir a la biblioteca. Todos caminamos rápido, unos cruzan, otros chocan, unos bajan, algunos suben.

Estoy a unos pasos de entrar y alguien pasa a lado mío empujando me, la insoportable de Liah.

—Ups.—sonríe enseñando sus estupidos dientes.

La ignoro y entro a la biblioteca encontrando a Ethan sentado en una de las mesas, con un asiento libre me imagino que debo estar ahí.

—Ethan bebé—alza la voz Liah—Se te olvido tú chamarra.

Ethan se levanta viéndome mal, cara tan mierda, me confunde aveces, esta de enfadoso, luego serio, quejándose de todo y después ¿bien?, con él carácter que tiene, no puedo imaginar, que fue él quien me llevó al hospital, ¿será bipolar?.

"—Sino fuera por él—me señala Ethan—Nadie te hubiera auxiliado, el te ayudó en todo el camino—dice—Estaba realmente mal, preocupado por ti."

No. Claro que no, él no pudo haber sido, tal vez Leo se confundió o algo, pero no puede.

—Listo. A sus asientos con su compañero de equipo.—Ross pone autoridad.

Ethan camina sentándose a lado, junto a mí.

—El libro "la teoría del todo" de Stephen W. Hawking—señala la parte de una página—Un resumen muy bien redactado.—mira su reloj—Tienen una hora.

Procedo a leer y Ethan cierra mi libro.

—¿Que haces?—preguntó.

—Lo piensas leer.

—Sí.

—Profesora Ross, terminamos.—habla levantándose de su asiento.

—Muestrame su cuaderno.—dice Ross parándose igual.

Ethan le da el resumen, la profesora lo lee adecuadamente.

—Excelente chicos.

Espera como que excelente, si no llevamos ni dices minutos que empezó a dar la clase.

—Nos podemos retirar—Se acomoda la mochila.

Ya no entendi nada, como hizo todo.

—Adelante chicos.

Me levanto y lo sigo.

—Si te preguntas como lo hice, fácil—se encoje de hombros—Escuche lo que iba hacer Ross, así que me adelanté.

—No te pregunté.

—No, pero tú mente sí—me mira de reojo.

Sus ojos... verdes...

—Como sea.—me adelanto a la salida.

—Te llevo a casa—Ethan toma mi mochila.

De verdad es encerio, tan bipolar es y yo igual  lo sigo caminando detrás de él.

Ethan no puedo describir cómo realmente es, pero hay veces que puedo pensar que es otra persona.

RENDALLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora